Cada bocado de esta típica torta alemana combina la esponjosidad del bizcochuelo con la dulzura ácida de las cerezas y la suavidad untuosa de la crema. Una bomba de sabor que nunca falla.
Su combinación de dulzura y acidez las hace irresistibles y al ser tan fáciles de preparar, se pueden disfrutar todo el año. Su sabor y textura las convierten en el complemento perfecto para postres, helados y bebidas.
El equilibrio entre dulce y ácido convierte esta mermelada en el complemento ideal para tostadas, yogur, tortas, helados y hasta platos salados como carnes o quesos.