El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el viernes un "gran" canje de prisioneros entre Rusia y Ucrania, felicitando a los dos países y preguntándose si esto podría conducir a "algo grande", una posible referencia a las negociaciones entre los beligerantes.
Tras más de tres años de guerra desde que Rusia invadiera Ucrania, miles de prisioneros permanecen detenidos en ambos países, aunque se desconoce el número exacto.
"Apenas terminó un gran intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania", indicó Trump en su red, Truth Social. "Felicidades a ambos bandos por esta negociación. ¿¿¿Podría esto conducir a algo grande???", añadió.
Ni Moscú ni Kiev confirmaron inmediatamente estas afirmaciones.
Sin embargo, un alto funcionario conocedor del asunto declaró a AFP que "el intercambio propiamente dicho aún no tuvo lugar" y que "el proceso está en curso".
Este tipo de intercambio, muy delicado entre dos países en guerra, suele mantenerse en secreto hasta que se completa, lo que puede llevar horas.
Mil prisioneros de cada bando
La semana pasada, durante unas negociaciones en Turquía, Rusia y Ucrania acordaron intercambiar 1.000 prisioneros de cada bando.

Estas fueron las primeras conversaciones directas entre los beligerantes desde 2022.
"Tenemos la confirmación de que cerca de 10.000 personas están en cautiverio" ruso, indicó en abril el comisario ucraniano para las personas desaparecidas, Artur Dobroserdov.
Intercambios con sorpresas
Rusia da muy poca información sobre la suerte de los cautivos ucranianos y cada intercambio está lleno de sorpresas, declaró a AFP un alto funcionario ucraniano bajo condición de anonimato.
"En casi todos los intercambios hay personas de las que nadie sabía nada", afirmó. "A veces devuelven a personas que estaban en las listas de desaparecidos o que se consideraban muertas".
La cuestión de los prisioneros de guerra es uno de los pocos ámbitos en los que Kiev y Moscú han logrado ocasionalmente llegar a acuerdos desde el comienzo de la invasión rusa, produciéndose así intercambios limitados de forma regular.

También es un tema especialmente doloroso en estos países, donde miles de familias esperan angustiadas noticias de sus seres queridos desaparecidos.
Ucrania y Rusia se acusan mutuamente de violar la Convención de Ginebra sobre el trato a los prisioneros de guerra.
Rusia organiza regularmente juicios contra prisioneros de guerra ucranianos, lo que es contrario al derecho internacional.
También se denuncian regularmente casos de tortura y varios cautivos -tanto militares como civiles- han muerto en detención.
La ONG Amnistía Internacional denunció las "torturas sistemáticas y la privación de atención médica" a prisioneros ucranianos en Rusia en un informe publicado en marzo.
Varios exprisioneros ucranianos afirmaron a AFP que fueron torturados durante su cautiverio.
Rusia devolvió recientemente el cuerpo de la periodista ucraniana Viktoria Roshchina, muerta en cautiverio. Según una investigación periodística, había sido torturada y le faltaban algunos órganos del cuerpo.
Durante su campaña electoral, Trump insistió en que pondría fin a los combates.
Desde hace varias semanas, Trump intenta obtener un alto el fuego entre los beligerantes, al tiempo que amenaza con retirarse del proceso si no se logran avances.
Los combates continúan
En el terreno, los ataques continúan. Rusia indicó el viernes que derribó durante la noche 112 drones ucranianos que apuntaron especialmente a la región de Moscú, perturbando por tercer día consecutivo el funcionamiento de varios aeropuertos.
Tras las negociaciones en Estambul, la posibilidad de una segunda reunión es objeto de intensas especulaciones, aunque no se ha confirmado formalmente.
Moscú señaló que cualquier continuación de las conversaciones con Kiev solo podrá suceder tras el intercambio de prisioneros, previsto en un formato de 1.000 rusos por 1.000 ucranianos.
Según el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, Kiev "estudia todas las posibilidades" respecto al lugar para celebrar una nueva reunión bilateral con los rusos.
El papa León XIV, Estados Unidos e Italia plantearon la posibilidad de que tenga lugar en el Vaticano.
Pero el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, pareció cerrar la puerta a esta posibilidad el viernes, afirmando que no sería "muy elegante que países ortodoxos discutan en suelo católico cuestiones relativas a la eliminación de las causas profundas" del conflicto en Ucrania.
AFP
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