Javier Milei se emociona y llora cuando el profesor habla de él y lo llama “mi discípulo”. El profesor, nacido en Madrid en 1956 y prometedoramente bautizado Jesús, elogia al presidente argentino como quien celebra la llegada de un redentor. La iración mutua pareciera no conocer límite terrenal.
En diciembre de 2023, Milei se acordó de citarlo en su primer discurso como presidente de la Nación Argentina: “Como dice el gran Jesús Huerta de Soto, los planes contra la pobreza generan más pobreza, la única manera de salir de la pobreza es con más libertad”.
Y el profesor propone, entre otras hipérboles, la candidatura del líder de La Libertad Avanza al Nobel: “Como le salga medianamente bien, sería para darle el Premio Nobel de Economía”, postula en sus clases universitarias.
En junio de 2024, cuando el argentino recibió en Madrid un premio de un instituto liberal y se fundieron en un abrazo como el que en estos días Milei se dio con el ministro de Economía luego de anunciar la salida del túnel del cepo, el profesor le dedicó unas palabras que, según él, fueron el discurso más importante de su vida.
“Hoy nos toca rendir homenaje a un hombre que no tiene miedo, que no duda en inmolarse en su sed por cambiar el mundo. A un hombre cuyo corazón vibra con fuerza al solo sonido de la palabra libertad”, retumbaron las frases de Huerta de Soto en uno de los salones del Real Casino de Madrid, sobre la calle Alcalá, donde más de 300 invitados pagaron 150 euros para participar en la premiación del presidente argentino.
En aquella velada, Huerta de Soto, que recibió el mismo premio en 2016, coronó su discurso regalándole a Milei una gigantografía con su retrato. Se la encargó al “artista cubano Richard Somonte, que llegó a Madrid huyendo del socialismo y que se ha especializado en retratos ciclópeos de grandes personajes, especialmente toreros como Juan Belmonte, del que por cierto mi abuelo fue banderillero”, contó el académico esa noche.
“Enseguida me sugirió la idea de culminar un gran retrato de este verdadero matador de toros, o torero de la política del siglo XXI, que es Javier Milei, y en este caso, obviamente el toro a lidiar y matar es sin duda alguna el Estado; retrato que tenemos hoy aquí para regalárselo en este acto y con la dedicatoria que todos podrán leer cuando termine, dentro de un minuto, y que dice así: ‘Al Titán de la libertad, el presidente Javier Milei, de su profesor Jesús Huerta de Soto, en el día de hoy’.”

En unos días, aquel abrazo que el profesor y su discípulo se dieron en Madrid tendrá su versión argentina. El académico visitará por primera vez Buenos Aries el jueves 24 de abril para recibir el Doctorado Honoris Causa de la Escuela Superior de Economía y istración de Empresas (ESEADE), la misma que condecoró a Javier Milei con ese título en 2022.
En esa universidad privada, que fundó otro de los referentes ideológicos del presidente (Alberto Benegas Lynch), Milei fue profesor en la Diplomatura en Economía Austríaca, en Microfinanzas y en la Maestría en Economía y Ciencias Políticas. La promoción que, ya como presidente, realizó de una beca de esa institución le valió una denuncia de la oposición.
Entre los más ricos de España
La biografía del profesor Huerta de Soto afirma que su pasión por el libre mercado floreció temprano. Que a los 15 años, curioseando en la biblioteca libertaria de su padre, encontró y leyó Capitalismo y Libertad, de Milton Friedman, Nobel de Economía en 1976. Y que, entusiasmado, a los 16 se devoró La acción humana, de Ludwig von Mises, una de las voces más influyentes de la escuela austríaca de pensamiento económico.
Jesús Huerta de Soto estudió Derecho y Economía en España y luego siguió capacitándose en Stanford, donde conoció a Murray Rothbard, uno de los mejores estudiantes de Von Mises y un nombre que el presidente Milei suele citar en sus discursos y entrevistas.
En España, los Huerta de Soto son conocidos por ser dueños de una compañía de seguros que fundó el abuelo del catedrático en 1928.
Según el ranking elaborado por el diario El Mundo de las personas más ricas de 2025 en España, Jesús Huerta de Soto ocupa la posición número 229, con un patrimonio neto de 305 millones de euros.
El profesor Huerta de Soto vive en el centro de Madrid, a un par de cuadras de la Plaza del Marqués de Salamanca y a menos de 500 metros del Parque de El Retiro.
Desde allí, dos veces por semana -martes y jueves-, recorre los casi ocho kilómetros que lo alejan del primer cordón de la capital para dar sus clases de economía, tan didácticas como histriónicas, en el campus de la Universidad Rey Juan Carlos de Vicálvaro, el distrito madrileño que en los ’80 fue el pariente pobre de la ciudad y donde hoy se consiguen las viviendas a mejor precio: un departamento de 80 metros cotiza unos 220 mil euros.
La Rey Juan Carlos es una universidad pública, donde estudiar una carrera de grado cuesta, en promedio, entre 1.200 y 1.600 euros por año. Fue fundada en 1996 y lleva el nombre del anteúltimo monarca Borbón, hoy rey emérito domiciliado fuera del reino. Porque en 2014 don Juan Carlos I abdicó en favor de su hijo, el actual Felipe VI.
Y en 2020 se mudó a Abu Dhabi, Emiratos Arabes, para que sus cuestionables amoríos y asuntos financieros dejaran de agobiar a la Casa Real.
Huerta de Soto enseña en la Universidad Rey Juan Carlos desde hace 25 años. Allí, en septiembre de 2007, fundó el master oficial en Economía de la Escuela Austríaca, el primer programa de posgrado del mundo enfocado en esta corriente acerca de la cual Huerta de Soto afirma: “La concepción dinámica del orden espontáneo del mercado impulsado por la capacidad empresarial y creativa del ser humano, que no puede ser diseñado ni controlado centralizadamente por nadie, es la principal característica esencial y diferenciada de la escuela austríaca”.
Millones de alumnos
El profesor no concede entrevistas. Pero accede a que sus clases sean filmadas para que luego circulen, como autopistas, por las redes que difunden sus ideas.
“Sólo he tenido 4 mil alumnos presenciales. Porque a través de Internet son 400 mil, 40 millones o 400 millones”, ironiza Huerta de Soto cuando le nombran el apellido de un ex estudiante y le preguntan si lo recuerda.
Javier Milei nunca estuvo en un aula con él, entre los estudiantes que siguen con la vista el pendular ir y venir del profesor Huerta de Soto sobre la tarima mientras da clase, mientras eleva el tono de voz o se despeina cuando se apasiona repitiendo, exaltado, que la inflación tiene un origen monetario desde los tiempos de los griegos y los romanos.
Milei lo ó por Internet, antes de la pandemia, y mantuvieron numerosísimas conversaciones online hasta que no hubo dudas: Huerta de Soto se sintió su mentor y Milei su discípulo. El profesor no quiere ahondar sobre cómo nació y se profundizó el vínculo. “No me haga usted una entrevista porque no doy entrevistas”, insiste.
“Pero si quiere aprender sobre economía puede venir a mi clase. Está invitada”, ofrece.
Una de romanos
A las siete de la tarde de un martes de invierno, el aula donde se dicta el máster en economía de la escuela austríaca está llena esperando al profesor Huerta de Soto.
En dos horas, y ayudándose con una latita de gaseosa de la que bebe de a ratos, enhebrará una línea de tiempo en la que desmenuzará cómo funcionaba la banca en el mundo griego y en Roma, de dónde viene el término bancarrota (“Cuando no podían devolver los depósitos, pues los clientes indignados le rompían el banco en la cabeza al banquero”), el primer salvamento a una entidad bancaria que, ya en el siglo I antes de Cristo, se hizo en Efeso, en Asia Menor, o la historia de San Calixto, el papa santo del siglo III que antes había sido un banquero corrupto. “Señores, Roma cae víctima del intervencionismo estatal”, sentencia el profesor en clase.
“El imperio no cayó como consecuencia de las invasiones de los bárbaros, sino que se autodestruyó desde adentro como consecuencia de lo que hoy denominamos el estado de bienestar”, agrega.

“Había circo gratis, que costaba una fortuna y lo pagaba el erario público. Se traía trigo gratis, subvencionado de Egipto, y se repartía en Roma. Todo el mundo abandonaba el campo. ‘Para qué trabajar doce horas, con lo duro que es. Yo me voy a Roma a vivir de papá Estado, como todo el mundo’”, teatraliza el profesor.
“Subvenciones al populacho, que es lo que da más poder y popularidad. Si no, que lo digan los kukas”, ironiza Huerta de Soto en alusión al modo en el que la jerga libertaria apoda a los kirchneristas.
Que toda inflación tiene origen monetario será el mantra de este martes de máster del profesor Huerta de Soto: “¡Eso se sabe desde Grecia y Roma!”, exclama.
En Roma había circo gratis, que costaba una fortuna y lo pagaba el erario público. Subvenciones al populacho, que es lo que da más poder y popularidad. Si no, que lo digan los kukas.
“¿Cuál es la conclusión de la clase de hoy? Que la enorme inflación que sufrió Argentina no es nada nuevo -asegura-. Esto se ha repetido a lo largo de la historia muchísimas veces. Esa es la gran moraleja. Y que parece mentira que el ser humano no aprenda de sus errores.”
Los discursos de Milei
El año pasado, en la primera clase de política económica que Huerta de Soto dio en la carrera de Dirección y istración de Empresas de la Universidad Rey Juan Carlos, los alumnos tuvieron que analizar el discurso de Javier Milei en su debut en el foro económico mundial de Davos. Aquel parlamento que el presidente argentino comenzó diciendo: “Hoy estoy acá para decirles que Occidente está en peligro, está en peligro porque aquellos que, supuestamente, deben defender los valores de Occidente, se encuentran cooptados por una visión del mundo que, inexorablemente, conduce al socialismo, en consecuencia a la pobreza”.
¿Y qué opina Huerta de Soto sobre el discurso de Milei de este año, cuando, en ese espacio donde se reúnen los líderes mundiales para hablar de economía, el presidente argentino disparó contra la diversidad sexual?
“Sin ir más lejos, hace pocas semanas fue noticia en todo el mundo el caso de dos americanos homosexuales que, enarbolando la bandera de la diversidad sexual, fueron condenados a cien años de prisión por abusar y filmar a sus hijos adoptivos durante más de dos años. Quiero ser claro que cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos, por lo tanto, quiero saber quién avala esos comportamientos”, dijo Milei en Davos.
El profesor lo justifica: “Ahí está dando la batalla cultural -interpreta Huerta de Soto-. Porque cuando se victimiza a la gente, hay alguien que tiene que salvarla. Cuando se va compartimentando a la sociedad en víctimas, que si las mujeres, que si las personas LGTB, entonces hace falta que alguien los salve. Y ese alguien ¿quién es? ¡El Estado! Es una de las banderas o pretextos para justificar el estatismo cuando no hace falta”.
A las nueve de la noche, cuando Huerta de Soto da por terminada su clase de stand-up de economía, son pocos los alumnos que abandonan rápido el aula.
La mayoría se queda orbitando alrededor de las frases eléctricas del profesor mientras él guarda su moneda de oro y su colección de billetes de época con la que graficó que “estos papelitos suponen en torno a la décima parte del dinero que utilizamos, el resto del dinero es virtual, no existe ningún sitio”.
Luego bajará hasta su despacho, seguido por una estela de unos pocos. Tal vez sus favoritos. O sus más devotos. Allí escogerá un libro entre la docena de volúmenes apilados en el piso, todos hijos de sus reflexiones sobre economía.
El que tiene entre sus manos es de tapa dura, negra. Bien cosido, llega a las 684 páginas, incluyendo la bibliografía, el índice de materias y el de nombres. Dinero, crédito bancario y ciclos económicos lleva por título.
“Con mis mejores deseos y en recuerdo de un día memorable”, dirá la dedicatoria.
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