El papa Juan Pablo II canonizó a la primera santa de origen judío del mundo moderno, Edith Stein, una monja que murió en las cámaras de gas de Auschwitz.Que nunca más se repita el Holocausto, pidió el Papa.Edith Stein, hebrea de nacimiento, se convirtió al cristianismo y se hizo monja carmelita. Fue asesinada en los hornos de gas del nazismo en Auschwitz. Se cree que Stein es la primera santa de origen judío desde los apóstoles.Su ejemplo -dijo el Papa- debe servir para hacer cada vez más fuerte la recíproca comprensión entre hebreos y cristianos. En la mártir, sor Teresa Benedicta de la Cruz, se reúnen y son resueltas en paz tantas diferencias, agregó Juan Pablo, utilizando el nombre elegido por Stein en la Iglesia, en un discurso que ofreció ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro.En la ceremonia estuvieron presentes familiares de Stein, quienes compartieron el escenario con el canciller alemán Helmut Kohl.Stein nació en una familia judía ortodoxa en Alemania en 1891, en el Yom Kippur, el Día del Perdón. Aunque fue atea en su juventud, se convirtió al catolicismo en 1922 y luego ingresó a la orden de las Carmelitas.En 1942, los nazis la arrestaron cuando estaba orando: habían ordenado el traslado al campamento de extermino de Auschwitz de todos los conversos que había en Holanda, como una forma de castigar a los obispos holandeses por manifestarse en contra de Adolfo Hitler.La canonización de Stein generó duras críticas en Israel.Los medios de prensa israelíes no le dieron importancia a la canonización. La televisión comercial afirmó en un breve servicio que el gesto fue recibido con reacciones contrastantes.Según David Rosen, uno de los rabinos encargados del diálogo con el Vaticano, la Iglesia Católica debería haber tenido mayor sensibilidad porque Edith fue muerta no porque era católica, sino porque era hija de padres judíos y su canonización podría ofrecer una imagen distorsionada del papel de la Iglesia durante el Holocausto.Efraim Zuroff, director de la sección local del Centro Wiesenthal, afirmó que se trataba de un ultraje, de una bofetada a la comunidad judía.El Papa lanzó a los judíos un mensaje muy negativo. Es escandaloso e hiriente que la Iglesia elija como símbolo de la Shoah a una persona que abandonó el judaísmo para convertirse, dijo Zuloff, contrariado por el anuncio de Juan Pablo II de que en adelante la Shoah (genocidio de los judíos perpetrado por los nazis) será conmemorada el 9 de agosto, día del aniversario de la muerte Edith Stein.Y esto es aún más escandaloso porque esta canonización se produce pocos días después de la ocurrida en Zagreb del cardenal Alojzije Stepinac, cómplice del asesinato de centenares de miles de judíos, gitanos y serbios. Stepinac estaba en funciones durante el régimen ustachi pro nazi de la Segunda Guerra Mundial.Las críticas de la comunidad judía por este caso comenzaron en 1987, cuando el Papa beatificó a Stein en una visita que hizo a Alemania.
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