window.addEventListener('keydown', function(e) { if(e.key === 'Escape'){ e.preventDefault() } });
Noticias hoy
    En vivo

      Solo suscriptores

      La beca de su vida: casi gana 100 mil dólares en un concurso, no pudo y se llevó una sorpresa

      • Tiene 18 años, es de Villa del Parque y la valija lista para viajar a California.
      • ¿Quién es esta chica fanática de la pizza y de Cerati que nunca se da por vencida?

      La beca de su vida: casi gana 100 mil dólares en un concurso, no pudo y se llevó una sorpresaMartina, en Clarín. Abrió su mochila y mostró qué había adentro.

      Martina abre su mochila verde como si fuera una nuez y arranca de ahí su ADN. Un libro de Jane Austen, el celular con música de Soda Stereo, una bandera argentina, un pin del colegio Carlos Pellegrini, otro de la Cruz Roja y así... Llega a Clarín a las apuradas, un minuto antes de la hora prevista, porque no le gusta llegar tarde a ningún lado. Muestra un cuaderno grande, con espiral, y deja resbalar la mirada por los renglones vacíos de las últimas páginas: "Hoy tengo mucho que hacer", avisa.

      ¿Qué hay que hacer para ser como esta chica de Villa del Parque que casi gana 100 mil dólares en un concurso, no pudo y redobló la apuesta?

      Martina Basgall Sequeira tiene 18 años, fue seleccionada entre los 10 mejores alumnos del mundo y acaba de enterarse de que ganó una beca para estudiar lo que quiera en la universidad que quiera de los Estados Unidos. Todo gratis. Hasta la comida. De otra forma, Martina no hubiese podido empezar a preparar las valijas. En su casa, apenas llegan a pagar las cuentas del mes y poco más.

      ¿Sabés cuánto cuesta estudiar en Stanford University ?, pregunta Martina. Y tira una cifra que ronda los 400.000 dólares, el cuádruple de lo que hubiese recibido si ganaba el Premio Global Chegg.org. Allí compitió el año pasado con 11.000 estudiantes de 176 países, quedó en el top 10 y el trofeo mayor se lo llevó una alumna mexicana. El premio es para “estudiantes excepcionales” que logren un impacto en las vidas de sus compañeros y en la sociedad.

      Martina no bajó los brazos. Ahora va por Stanford, la universidad de California que eligió para hacer su carrera de Ingeniería en sistemas ambientales. ¿Y eso qué es? Lo explica con una sonrisa que no le entra en la boca: "Todo lo que sirva para cuidar al planeta".

      El cambio climático es hoy una de sus mayores preocupaciones, pero no quiere hablar de política. Incluso, acaba de cambiar de carrera. Hasta hace unos meses quería estudiar Ciencias Políticas y Relaciones Institucionales. Ya no. Por nada del mundo quiere revelar a quién votó el domingo pasado en Villa del Parque.

      Martina, el año pasado, cuando quedó entre los 10 mejores estudiantes del mundo.Martina, el año pasado, cuando quedó entre los 10 mejores estudiantes del mundo.

      "Me quiero dedicar a estudiar, a encontrar soluciones para que el planeta sea un lugar seguro para vivir", dice, y mueve su larga cabellera castaña que de a ratos deja ver una escarapela sobre el lado izquierdo del pecho.

      No es Martina una de esas chicas que apunta sin enfocar bien el objetivo. Lo hizo mientras cursaba el último año en el Colegio Carlos Pellegrini, donde se recibió con un promedio de 9,6. Allí le puso el ojo a la "Beca Oportunidades", que ofrece la embajada de Estados Unidos y cubre gastos de postulación a universidades, incluyendo asesoramiento y exámenes a estudiantes destacados que no pueden afrontar los costos.

      Pero su sueño arrancó mucho antes, de chica, al estudiar inglés en un instituto de barrio. Siempre supo que algún día lo iba a necesitar.

      La pandemia "la agarró" justo al ingresar al primer año del Pellegrini, y cuando por fin le permitieron salir a dar una vuelta de manzana se propuso conquistar el mundo. Basta de la mirada chiquita, se dijo. De esa mirada a través de la cerradura. "Yo quería socializar, conocer gente", cuenta. Y se anotó en todos los voluntariados que pudo. En la Cruz Roja de Saavedra, donde ayudó a armar currículums a los vecinos; en la organización Jóvenes por el clima, para concientizar sobre el cuidado del medio ambiente; en la fundación Techo, para luchar contra la pobreza... Hasta que un día creó su propio proyecto: un sitio al que bautizó "Democratizando Oportunidades". Allí comparte becas, convocatorias, cursos y talleres gratuitos: "Si yo tuve una oportunidad, la pueden tener todos".

      Sus padres - apunta- tienen un emprendimiento de descartables: "Son trabajadores independientes, todo cuesta mucho". Su única hermana acaba de recibirse de abogada en la UBA y busca trabajo.

      En su "querido" Carlos Pellegrini. Martina se recibió el año pasado, con 9,6 de promedio. En su "querido" Carlos Pellegrini. Martina se recibió el año pasado, con 9,6 de promedio.

      Martina camina en esta Semana de Mayo por la redacción de Clarín, con los ojos picoteando en cada rincón. Son las tres de la tarde. Quiere hablar de educación, que debería ser la industria pesada del país, porque es la que fabrica los argentinos del futuro. Dice que en la valija que llevará a California dentro de dos meses pondrá un mate, un termo y una bandera celeste y blanca, como la que asoma ahora de la mochila verde que le cuelga en la espalda.

      "En cuatro años, cuando regrese, espero encontrar un país mejor", suelta, y se lamenta por la cantidad de gente que no fue a votar en las últimas elecciones. Pero dice que entiende la apatía. Lo que no entiende, agrega, es la "tendencia al negacionismo" en varias partes del mundo, y vuelve con su tema de estudio: el medioambiente, porque está convencida de que el cambio climático va a perjudicar cada vez más a los pobres que al resto de los mortales: "En una ola de calor, el que pueda encenderá el aire acondicionado, y el otro que se embrome".

      Pero ella, como ya se dijo, no es de quedarse con los brazos cruzados. En su Instagram convoca a los jóvenes a salir de su zona de confort y "empezar a activar en organizaciones con distintas causas". También usa su red social para agradecer a todos los que la ayudaron a llegar hasta acá. En su último posteo aparece con las carpetas de las universidades más prestigiosas que aceptaron su postulación: Stanford, Yale, Columbia, Harvard y más. También agradece a los "profes del Pelle" y a su familia.

      Fanática de la pizza, el voley, Gustavo Cerati y Jane Austen, ahora está leyendo "Orgullo y Prejuicio" en inglés, la novela publicada en 1813 y considerada un clásico de la literatura romántica. Explora temas como el amor, el matrimonio, la clase social...

      ¿Y por casa como andamos?, se le pregunta. Martina sonríe con una caída de párpados y mira su cuaderno grande con espiral. En un rato tiene una reunión en una de las ocho organizaciones con las que colabora, y más tarde otra. Por ahora solo piensa en cómo hacer saltar la costura de los renglones.


      Sobre la firma

      Diana Baccaro
      Diana Baccaro

      Editora Jefa. Mesa Central [email protected]

      Bio completa