Cuando alguien tiene la presión arterial elevada y consulta a su médico, no es raro que el profesional que lo atiende le pregunte al paciente si tuvo algún episodio emocional o estresante que le haya disparado esos valores. Cuando hay un antecedente, muchos de estos pacientes dicen “entonces debe ser la presión nerviosa”.
Un hecho similar y también muy conocido ocurre en las personas con diabetes que controlan diariamente sus niveles de azúcar y llevan un registro escrito. No resulta nada extraño que sean ellos quienes reconozcan que sus niveles de azúcar se elevan mucho cuando algún episodio emocional e intenso subyace. “Es por los nervios”, también dicen.
Algo parecido ocurre cuando se dispara el colesterol. Es posible que pacientes con colesterol alto estén siguiendo un régimen de alimentación saludable y al mismo tiempo estén tomando alguna medicación para bajarlo y reconociendo que están con estrés, preguntan: “Doctor, ¿puede ser que mis nervios hayan hecho subir mi colesterol">