Luego de tres semanas de conflicto por los reclamos salariales de los docentes universitarios, en el Gobierno nadie se atreve a calificar la demanda de injusta. Sin embargo, el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, por ahora no piensa modificar una milésima su oferta paritaria. Se mantendrá rígida en el 15%, insisten fuentes del Palacio Pizzurno, sede de Educación, a pesar de que nadie niega que la inflación superará el 30%.
“Estamos en las horas más oscuras y sombrías de este Gobierno, pero vamos a salir adelante”, le escucharon decir al abogado liberal y profesor de historia, con pasado en la Ucedé y macrista de la primera hora. Finocchiaro, que reemplazó Esteban Bullrich en el Gabinete, construye territorialidad para ser candidato en La Matanza. Allí también da clases. En su entorno justifican la intransigencia para la paritaria sin eufemismos: "No hay plata para más".
A pesar del endurecimiento de la negociación, creen que el conflicto tiene una luz para solucionarse. Las razones del optimismo se cimientan en el acuerdo con los empleados no-docentes por la misma cifra en cuatro tramos, que el Ejecutivo cerró esta semana. Al igual que con los primeros, el Gobierno adelantó de manera unilateral un 5,8% a los docentes que se suma a otros 5% otorgado en mayo.
La oferta del Gobierno está muy lejos del 30% con cláusula gatillo que pretenden algunos de los sindicatos que nuclean a los profesores universitarios, como la Conadu Histórica.
El optimismo oficial podrá convalidarse esta semana o chocará con la realidad. Su suerte dependerá en buena medida del acatamiento que tenga la extensión por 96 horas al que convocaron los principales gremios de las 57 universidades nacionales. ¿Podrá el conflicto prolongarse en el tiempo y tomar un cariz político en una coyuntura de por sí adversa para el oficialismo">