La palabra “criticar” en el diccionario vale tanto para “arte de juzgar la bondad, verdad y belleza de las cosas”, como para “censurar las acciones o conducta de alguno”. Dos acepciones para dos tipos de crítica: una que construye y otra que destruye una relación.
“En toda pareja hay momentos de crítica, porque nadie está hecho a imagen y semejanza de las expectativas del otro –empieza Sergio Sinay, escritor y experto en vínculos-. La crítica es un desajuste entre ese deseo y la realidad”.
Nadie quiere escuchar un reproche y solemos reaccionar a la defensiva, dolidos porque el otro, en cierta forma, no nos acepta como somos. “Las personas más seguras de sí mismas suelen aceptar más las críticas, como vengan; las más inseguras, tienden a defenderse o a retirarse de la acción: si no puedo hacer las cosas bien, prefiero no hacerlas”, explica la licenciada Josefina Rabinovich, terapeuta de parejas y familias. Es el famoso y temido “rebote”: cuando las críticas empiezan a girar en un remolino que se autoperpetúa. “Yo critico porque vos hacés mal las cosas y vos hacés mal las cosas porque yo te critico. Cuanto más te critico, peor hacés las cosas y cuanto peor las hacés, más te critico”, enuncia la psicóloga.
A tener en cuenta
La forma, el tono y el contexto serán básicos para plantear una crítica constructiva. Estos factores marcan la diferencia fundamental entre una sentencia y una propuesta de cambio. Según el doctor Omar Biscotti, psiquiatra especializado en pareja y familia, y director del Instituto Sistémico Buenos Aires, si las críticas se dan en el marco de una discusión fuerte, “serán las armas para ganar”; en cambio, si se expresan “en un momento tranquilo, son palabras para pensar”. “Es muy importante no ser inoportuno ni agresivo”, declara.
Que la pelea se dé en la intimidad o en público también influye. “Muchas parejas se critican delante de amigos o familiares, porque no se atreven a hacerlo en soledad y así buscan aliados”, afirma el doctor Biscotti.
Cuál es la mejor manera
En cuanto a la forma, el consejo de los profesionales es, primero, valorar algo bueno del otro. El segundo paso será preguntar y sugerir, más que atacar: en lugar de decir “eso que hiciste es horrible”, optar por el “a mí me gustaría que lo hagas de esta manera” o proponerle “¿y si lo hicieras así…">