Muchos tienen la fantasía de que esto es un cabaret, porque para ver un show de mujeres generalmente hay que ir a un cabaret. Pero esto es como un teatro”, explica Juan Carlos, una de las estrellas del show exclusivo para mujeres que se presenta viernes y sábados en el Golden. Desde el mismísimo baño de los strippers del mítico club, quizás sin saberlo, perfila lo que muchos quisieran que no exista: el porno para mujeres, que no es lo mismo que el porno al que estamos habituados.
“¡Atención! Nuestra sociedad tiende a ignorar el porno, a considerarlo algo privado que no interfiere en otros aspectos de la vida. Y no es cierto, hay que tener cuidado porque el porno no es sólo porno, es un discurso, una manera de hablar sobre sexo. Es una manera de ver y entender lo masculino y lo femenino”, declara la productora audiovisual, periodista y escritora sueca Erika Lust en su manifiesto, donde lucha por un nuevo cine para adultos, inteligente, femenino y feminista.
Las características específicas del porno dirigido al público femenino, son variadas. Por un lado está el factor estético: es más cuidadoso en su estética, menos violento, más delicado, se anima a incluir humor y cuenta historias. En el Golden, por ejemplo, hay un presentador que introduce cada cuadro con un texto breve sobre la historia que se desarrollará a continuación en el show erótico. “La idea es crear un clima, un ambiente, para que no sea algo seco y chato. Así las chicas se hacen la cabeza del bombero, por ejemplo, que las rescata del fuego. Pasa por llevarlas a un estado, un clima”, dice Diego, mientras se escuchan las palmas y gritos desde abajo. El show ya empezó.
En un espectáculo para hombres, el espectador busca más lo sexual, una chica que haga lo que ellos quieren y, además, pagarle para que la cosa no quede ahí. “Las chicas quieren un show para divertirse en grupo, y, en el caso de las despedidas, tener un recuerdo que no tenga que ver con lo sexual”, agrega.
Una de las constantes es la concurrencia grupal. “A diferencia de lo que siempre dicen, que las más zarpadas son las mayores, para mí las más eufóricas siempre son las más jóvenes, que se tienen más confianza, y más toman”, agrega Juan Carlos. Además del público habitué, que asiste mínimo una vez por mes, el salón se llena de despedidas de soltera, cumpleaños, festejos varios, e incluso divorcios. Las extranjeras que pasan por el club coinciden en que nunca vieron un show tan erótico, cálido y divertido. “Las chilenas se desbocan”, continúa. “Es que allá las tienen cortitas y acá se van para el otro lado”.
De fondo suena What is love; aparecen los strippers. En una esquina del salón, un grupo que vino a festejar los 80 años de una de ellas, aplaude, grita y ríe sin parar. Empieza la coreografía. Desde la segunda fila, una chica que se despide de su soltería, entre risas, les grita: “Sacate todo”. Sus amigas, e incluso las chicas de las mesas vecinas, festejan el atrevimiento. La canción termina con los muchachos desnudos, de espaldas al público. “Hoy vas a tirar la chancleta, soñar, y dar rienda suelta a todas tus fantasías eróticas”, dice el presentador.
Para madres, hijas y nietas
En el entreacto, la cumpleañera con más experiencia del salón confiesa que la trajeron engañada. “Cuando llegué me gustó. Es lindísimo. Al entrar, me vino a la mente tener 50 años menos”, confiesa. La idea fue de su nieta, también presente, junto con su hija, nuera y el resto de las mujeres de la familia. “Hay que modernizarse, ¿qué te parece? A veces miro alguna película porno y me río. Pero, a esta altura, ¿te vas a asustar de esas cosas">