¿Es posible que aquellas personas más informadas y reflexivas, y que tienen más capacidad para frenar los impulsos, sean las que más se apasionan y polarizan en las redes sociales? Las últimas investigaciones científicas muestran que sí y Guillermo Solovey tiene una posible explicación.
Cree que los sesgos cognitivos surgieron evolutivamente en la historia humana como una forma de persuadir a los demás antes que para encontrar la verdad. Que desde el principio el valor que tuvo razonar y buscar evidencia estuvo más vinculado a ganar status social antes que a buscar que una información sea cierta.

Solovey es doctor en Física, pero lentamente se fue pasando a las neurociencias, las ciencias cognitivas y la psicología experimental, y publicó estudios que analizan cómo se disemina la desinformación en las redes. La semana pasada fue uno de los profesores del “Programa Intensivo IA 2025”, una intensa semana -en la Universidad Nacional de Los Comechingones (UNLC), en Merlo, San Luis- en la que docentes de primer nivel de Física, Matemáticas y Datos enseñaron a alumnos del último año de la secundaria y primero de la universidad cómo funciona y cómo programar IA y Machine Learning.
- ¿Qué estudiaste sobre desinformación?
- Fueron dos trabajos publicados. Tienen que ver con la capacidad que tenemos como humanos de detectar desinformación. Nuestra motivación venía por el lado de entender cuál es el rol del pensamiento crítico: esa capacidad de mirar la realidad desde distintos puntos de vista y ser capaces de criticarnos a nosotros mismos. Había algunos antecedentes que mostraban que personas que tienen más capacidad de reflexión y pensamiento crítico también son personas que usan esta capacidad más para racionalizar la evidencia a favor de su sesgo y confirmar sus creencias previas que para encontrar lo que es cierto y distinguirlo de lo que es mentira. Queríamos ver si eso lo podíamos confirmar en un contexto nuevo, que es el de la capacidad de identificar discursos falsos dichos por políticos en Argentina.
- ¿Cómo fue el estudio? ¿Cómo lo hicieron?
- Chequeado (la organización que verifica el discurso público) hace evaluación de las declaraciones de distintos políticos. Tomamos una muestra de frases que ellos ya habían chequeado y en el primer trabajo lo que hicimos fue poner a personas a calificar como verdad o mentira algunas de esas frases. Y a la vez esas personas participaban de una tarea -muy conocida en ciencias cognitivas- que permite saber la tendencia que tienen a frenar la intuición o evitar decir lo primero que te viene a la mente. Esa capacidad de frenar impulsos y poder reflexionar sobre la información es una de las habilidades de pensamiento crítico. Lo que encontramos fue que las personas que tenían más reflexión cognitiva, más capacidad de frenar los impulsos, también eran las mismas que mostraban más sesgo ideológico.
- Esto es anti intuitivo. ¿Cuál es la razón?
- Especulando, una de las posibilidades es que los sesgos cognitivos, como el sesgo de confirmación y demás, surgieron evolutivamente, en la historia del hombre, más como una forma de persuadir a los demás -dentro de una vida grupal como la de los humanos-, que para encontrar la verdad. Desde el principio el valor que tuvo razonar y buscar evidencia que nos favorece -o favorece lo que nosotros pensamos- tuvo más que ver con ganar status en una discusión.

- Puede ser que el valor de la verdad es muy reciente en la historia humana. Está relacionado con la evolución de la ciencia...
- Sí. De hecho, es algo muy difícil para nosotros, los científicos. Para poder publicar algo tenemos que someterlo a una discusión entre pares. Es porque nosotros mismos, aunque queremos encontrar algo que es cierto, cuando estamos muy convencidos de algo, tratamos de acomodar todo para que sea verdad. Incluso aunque lo evalúen pares y termine siendo publicado, a lo mejor después se descubre que habíamos cometido algún error. Entonces, todo el razonamiento, por más que sea un doctorado, o un premio Nobel, siempre uno, por ser humano, tiene una dificultad para encontrar las falencias en el razonamiento propio.
- Es decir, que las personas que tienen más capacidad de metacognición son las más sesgadas.
- Sí, en un punto es así. A no ser que estemos entrenados, pero en una capacidad muy especial de pensamiento crítico que se aprende lentamente, que es difícil y que es anti intuitivo. Uno tiene que entrenarse especialmente en eso.
- Tendría que un incentivo para hacerlo. ¿Cuál podría ser?
- Es que aun con el incentivo de encontrar qué es verdad, qué es mentira, qué tiene más evidencia, qué tiene menos evidencia, es una tarea difícil. Creo que este es el rol de la educación. Uno siempre busca que la educación sea capaz de formar críticamente estudiantes y ciudadanos. Y eso se aprende solamente con mucha práctica ahora.
- ¿Por qué las fake news se propagan más rápido que las noticias verdaderas?
- Son más atractivas. Está estudiado: en redes sociales la información falsa viaja más rápido y llega a más gente, porque en general son más atractivas para el consumidor, que se está divirtiendo o quiere agredir, o lo que sea.
- Hasta acá, el diagnóstico. Ahora, ¿qué hacer para combatir los sesgos que se propagan tan rápido?
- Hay dos indicios. En uno de los trabajos, después de calificar las frases como verdaderas o falsas, pusimos a las personas a hablar con alguien de su mismo signo político o del signo opuesto. Y lo que encontramos es que cuando personas hablan con alguien que tiene una idea distinta, mejora muchísimo en reconocer lo que es verdad y lo que es mentira, y disminuyen bastante sus errores. Una moraleja podría ser: las ventajas obvias que tiene mezclarse y dialogar con gente que piensa diferente. Pero a largo plazo, más allá de cualquier intervención puntual, el cambio puede venir con la educación, en un sentido amplio.
- Hablaste muchos de dos conceptos: educación y pensamiento crítico. ¿Desde las escuelas se podría mejorar esto?
- Se sabe que las habilidades del pensamiento crítico son difíciles de enseñar y solo se aprenden con muchísima práctica. Creo que para adquirir ciertas habilidades de pensamiento crítico pueden tener más efecto dominios como la Historia o las Ciencias Sociales que ser bueno razonando en Física o Matemáticas. Pero habría que evaluarlo. Esa es mi intuición.

- ¿Sirven los servicios de chequeo del discurso público, como Chequeado y otros que existen?
- No son la solución definitiva, pero sí sirven para alertar sobre fake news que andan dando vueltas. Pero en la práctica no fueron una solución definitiva desde que surgieron.
- El mensaje termina siendo poco atractivo, por lo que veníamos hablando…
- Sí, Además, cuando son vistos por consumidores polarizados, es difícil llegar, seducir o persuadir a gente que está convencida.
- Este año hubo un fuerte debate sobre si las plataformas deben moderar los contenidos para evitar la desinformación. Ahora hay una tendencia en EE.UU. a que no haya moderación, sino plena libertad. ¿Cuál es tu posición?
- Es difícil. No bajar contenido que uno sabe que no coincide con el mejor conocimiento que uno tiene del mundo, que es evidentemente falso, puede ser peligroso. Sobre todo, cuando se trata de salud. Pero ahora las mismas autoridades de salud de Estados Unidos propagan información falsa sobre las vacunas. Entonces es difícil. Esto es una primera mirada. Pero hay una segunda mirada y es que también cuando se empezó a investigar sobre los community checks y sobre las marcas de información falsa (colocar carteles visibles de que una noticia es fake) no fue tan evidente que eso resultara beneficioso. Porque no se puede estudiar todo el discurso que anda dando vueltas en redes sociales, entonces algunas se chequean y se califican. Se pone: ojo que puede ser falso. Y eso lo que hizo fue que muchas personas levanten el nivel de credibilidad sobre el resto de las noticias. Pero como no todas fueron chequeadas, a lo mejor la gente terminaba consumiendo desinformación solo porque no había sido chequeada, porque las agencias de chequeo no dan abasto con todas las noticias. Mirando más finamente, entiendo que cuando hay algo evidentemente falso, está bien que esté marcado. Pero después, este tema tiene sus matices.
- ¿Qué le recomendarías a una persona que decide tener un pensamiento más crítico? ¿Qué tiene que hacer?
- Buena pregunta. De vuelta, por definición el pensamiento crítico requiere que pongamos a prueba continuamente la confianza con la que creemos que algo es cierto y con la que descartamos cosas que pensamos que son mentira. Y requiere que seamos abiertos a que alguien nos pueda mostrar algo que no conocíamos y nos haga cambiar de idea. Eso no es algo que nos tiene que hacer sentir mal, es parte de la vida. Tenemos que saber que si cambiamos de idea no pasa nada.
Una semana fuera de lo común
En la Ciudad de Merlo, en San Luis, y durante siete días, la semana pasada se registró un acontecimiento fuera de lo común. Expertos en Física, Matemática y Datos hicieron una capacitación intensiva para 22 estudiantes del último año de la secundaria y primer año de la universidad de todo el país.

Por una parte, es fuera de lo común que este acontecimiento se produzca. Pero por otra parte también es fuera de lo común la motivación que mostraron los jóvenes estudiantes -de entre 17 y 18 años y provenientes de escuelas no técnicas- para seguir temas como las redes neuronales, el aprendizaje automático y profundo y la evolución de la Inteligencia Artificial, con múltiples ejercicios y retos que les planteaban sus profesores.
A los pibes se los podía ver por los pasillos, y en grupos de cuatro o cinco, sentados siempre con su notebook a cuestas, y resolviendo esos ejercicios, que siempre involucraban el uso de código.
El “Programa Intensivo IA 2025” fue organizado por la Universidad Nacional de Los Comechingones (UNLC), junto a otras instituciones científicas, y se desarrolló entre el viernes 25 de abril y el jueves 1° de mayo, en la sede de esa casa de altos estudios que está ubicada en Merlo. Los chicos, que tuvieron que pagar el viaje y la estadía, llegaron a esa instancia tras una selección por parte de los profesores.

Además de Solovey, los otros profesores fueron Ezequiel Álvarez -director de ICAS (UNSAM), investigador y desarrollador en Machine Learning-; Marcela Svarc -directora de Matemática y Ciencia en la Universidad de San Andrés-; Inés Caridi -investigadora del CONICET y desarrolladora de algoritmos de IA-; t Pablo Palmaz, subsecretario de Políticas de Gobierno (UNSAM) y profesor de posgrado.
Señas particulares
Licenciado y Doctor en Física por la Universidad de Buenos Aires, entre 2009 y 2013 Guillermo Solovey hizo estudios posdoctorales en la Universidad de Columbia y en The Rockefeller University, en Nueva York. Sus trabajos han sido publicados en revistas de psicología experimental, neurociencia, cognición y conciencia.

Su investigación se centra en las ciencias cognitivas, con especial interés en la toma de decisiones humanas, el rol de la incertidumbre y la metacognición. Para ello, combina experimentos, modelos estadísticos y computacionales que buscan comprender los procesos subyacentes a la cognición y el comportamiento.
Ahora es profesor visitante de la Universidad Torcuato Di Tella, profesor de la Universidad de Buenos Aires e investigador de CONICET en el Instituto de Cálculo (Exactas-UBA).
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