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      El batacazo de Milei que doblega a Macri sin mucha euforia social

      Representa la primera victoria genuina, propia, del encadenamiento electoral realizado hasta ahora. Fueron pobres sus apariciones recientes en Santa Fe, Jujuy, Salta, San Luis y Chaco.

      Javier Milei junto a su hermana, y jefa de La Libertad Avanza, Karina Milei. Foto: REUTERS/Tomas Cuesta

      La voz de Eduardo van der Kooy

      Javier Milei, con la victoria de su delfín Manuel Adorni en las elecciones de la ciudad, habría conseguido a priori dos objetivos. Capturar el liderazgo de la derecha dura, que con el PRO supo tener perfil centrista; erigirse como la herramienta a mano para intentar vencer al kirchnerismo en Buenos Aires. Falsamente La Libertad Avanza divulgó la idea de que con un segundo puesto se conformaba. El haber dejado a Leandro Santoro también atrás representa un añadido trascendental para la mirada de los poderes internos y externos sobre la evolución de la economía.

      Otro dato valorable del éxito libertario es que representa la primera victoria genuina, propia, del encadenamiento electoral realizado hasta ahora. Fueron pobres sus apariciones recientes en Santa Fe, Jujuy y San Luis. Se adjudicó la capital de Salta. Fue barrido en la provincia por el gobernador Gustavo Saénz. Compartió un triunfo en Chaco colgado del radical Luis Zdero. En la ciudad encaramó al portavoz y compitió contra otras 17 listas. La principal, la del PRO invencible casi durante dos décadas que acaba de sufrir una hecatombe. Previsible, por las prolongadas divisiones internas, aunque no de la magnitud que adquirió.

      Habría que colocar lo sucedido en la Ciudad en un lugar de equilibrio posible. La victoria de Milei no predice el recorrido hasta octubre que tendrá otra escala desdoblada el 7 de septiembre con las elecciones para cargos locales en Buenos Aires. La Ciudad, sin embargo, le ofrece al Presidente la posibilidad de empezar a edificar en serio una fuerza nacional que aún no posee. Aunque tenga el sello nacionalizado. Una organización que no dependa exclusivamente, como hasta ahora, de su liderazgo provocativo.

      La importancia que, insólitamente, alcanzó la votación para legisladores porteños fue la derivación de la pelea encarnizada que lentamente se encargaron de exponer Milei y Macri. El ex presidente se sintió defraudado después de haberle dado el apoyo al líder libertario para que se impusiera en el balotaje. También en estos 16 meses de istración, que tuvo en el PRO un soporte clave para la gobernabilidad. Con cantidad de leyes aprobadas en el Congreso. Existió un pecado original: jamás el ingeniero consiguió establecer alguna condición. Milei supo eludirlas y explotó una grieta que avizoró apenas entró en la Casa Rosada. La impericia de Macri para tratar con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta abrió una sangría amarilla que no se detuvo. Quedó corroborada en un dato estadístico: si los votos de la estoica diputada Silvia Lospennato (casi 16%), convertida en bombero del incendio macrista, se sumaran imaginariamente al 8% de Larreta disidente, ni siquiera lograrían desplazar a Santoro del segundo lugar. El representante peronista cosechó el promedio histórico que ese partido suele tener en la Ciudad.

      Silvia Lospennato, junto a Mauricio Macri y Jorge Macri. Foto: Juano TesoneSilvia Lospennato, junto a Mauricio Macri y Jorge Macri. Foto: Juano Tesone

      Aquella puja entre Milei y Macri nacionalizó esta elección. A punto tal que las tres principales fuerzas resolvieron apostar sus cartas de oro. El Presidente empujó al ganador Adorni, qué de vocero de la Casa Rosada, si cumple, pasará a ser concejal de la Ciudad. Idéntico destino le aguarda a Santoro y Lospennato. Deberán abandonar el Congreso de la Nación.

      El batacazo de Milei habría que encuadrarlo en un contexto popular muy inquietante. Se repite desde la primera elección de este año, en abril en Santa Fe. La baja participación de votantes. El gobernador Maximiliano Pullaro ganó por más de 20 puntos, pero con una asistencia que orilló el 56%. En Salta, Jujuy, Chaco y San Luis la caída promedió un 10% en comparación con legislativas anteriores.

      Siempre se suele auscultar el interior de una manera distinta a lo que sucede en el AMBA. El fenómeno empieza a ser el mismo. La Ciudad registró ayer el índice de votación más bajo de la historia para comicios legislativos. Asistió el 53.14 del padrón habilitado que supera los 3 millones de ciudadanos. Siendo estrictos se podría afirmar que el 30.8% de Adorni representaría el 16% del padrón. Valdría el mismo cálculo para los demás candidatos. Es decir, por la salud del sistema, si es que a los libertarios le importa, habría que comenzar a indagar este comportamiento colectivo. Que pasa con los partidos, con las coaliciones, que pasa con las propuestas políticas.

      Para lo ocurrido en la Ciudad, en ese aspecto, no existirían atenuantes. Se trata de una vidriera nacional. Las condiciones del clima fueron perfectas. El Gobierno y la oposición apostaron lo mejor que tenían. Nada de eso pareció resultar un atractivo. Quizás Milei debiera preocuparse por transformar las expectativas que tiene ancladas en el freno a la inflación en algo más abarcador que genere entusiasmo dentro de un espectro que supere a sus seguidores incondicionales.

      Leandro Santoro. Foto: Marcelo CarrollLeandro Santoro. Foto: Marcelo Carroll

      Esa ausencia de fervor, quizás, respondería a otras razones. Milei prometió un salto cualitativo respecto de los vicios de la política tradicional que no se estaría comprobando. Su primer año resultó efectivo en ese campo. En lo que va del 2025 su asimilación a “la casta” criticada resulta cada vez mayor. Quedó ilustrado en varios episodios. El fracaso del proyecto de Ficha Limpia pareció culminante. Transó con el patrón de Misiones, el ex gobernador Carlos Rovira, para que dos de sus senadores votaran de manera negativa. Acostumbra además a celebrar todos los desbordes de sus patrullas digitales. Estuvo a punto de hacerlo con el fallecimiento del ex presidente de Uruguay, José Mujica. Lo hizo con el video realizado con inteligencia artificial, que viralizó, en el cual Macri el sábado a la noche anunciaba la declinación de Lospennato como candidata. Resulta evidente que a sus votantes nada de eso le importa. Cabría preguntarse si una afirmación similar corresponde para los millones que no decidieron votar en la Ciudad. Hubo casi un 20% más de concurrentes en las legislativas del 2021, en plena pandemia. Con protocolos, cuidados y miedos.

      Milei celebró con euforia, como tenía derecho a hacerlo. Quizás se haya escondido en semejante algarabía el renacer de su hermana, Karina, El Jefe, la hermanísima, como armadora electoral. Venía sin medallas de valor por algunas malas elecciones que la tuvieron como responsable. En especial Santa Fe, donde su pelea con la diputada provincial Amalia Granata condenó a los libertarios al tercer lugar. Superados por una de las tres fracciones peronistas. En la Ciudad se temía por su determinación de expulsar del partido a Ramiro Marra. El legislador sacó menos de dos puntos. Examen aprobado para la mujer.

      En el horizonte se dibuja el desafío de septiembre en Buenos Aires y en octubre en toda la nación. Karina seguirá teniendo la batuta pese a los roces constantes con el joven Santiago Caputo. Se irá imponiendo, de acuerdo con lo visto, la idea de competir contra el kirchnerismo cooptando los mejores postulantes del PRO (Diego Santilli y Guillermo Montenegro ya saltaron) aunque sin una alianza formal con aquel partido. El sello será el de La Libertad Avanza.

      En un momento de furia Macri le pidió a María Eugenia Vidal que encabece una lista propia bonaerense. La ex gobernadora frunció el ceño. Lo sucedido en la Ciudad habría terminado por convencer al ingeniero. “Por un resultado no voy a cambiar mi convicción negociadora”, sostuvo. Agregó: “Sólo pido respeto”. Si no lo hay –es muy probable que así sea— no tendróa otra opción que seguir adelante. La tremenda derrota lo ha dejado en una encrucijada con dos asuntos inmediatos por resolver: como apuntala a Jorge Macri, su primo, en los dos años que le restan en la Ciudad; como hacer, si se puede, para reflotar un partido que nació en la pos crisis del 2001, hizo su aporte y está ahora muy cerca del naufragio.


      Sobre la firma

      Eduardo van der Kooy
      Eduardo van der Kooy

      Secretario de redacción [email protected]

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