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      Marcelo Cantelmi
      Marcelo CantelmiPANORAMA INTERNACIONAL

      Panorama Internacional: el mundo agrietado y furibundo que espera al nuevo Papa

      No solo son las guerras que retuercen al planeta lo que aparece de inmediato. También las deformaciones extremistas en EE.UU., país natal de León XIV, una condición nacional que potenciará una voz que amenaza hacer mas ruido que la de su mentor Francisco. Desde ahora no será el habitante de la Casa Blanca el norteamericano más importante.

      El Papa Leon XIV, el nortreamericano Robert Prevost, un líder sumamente interesante con desafios extraordinarios AFP

      Esta semana, mientras la Iglesia afinaba su lugar en el mundo con la elección de un notorio nuevo Papa, la geopolítica planetaria agregó más dosis de convulsión con la perspectiva de una nueva guerra entre India y Pakistán, el reconocimiento por parte de Israel de que tomará control sin fecha límite de grandes zonas del territorio palestino de Gaza y el estancamiento del conflicto de agresión rusa sobre Ucrania.

      Apenas un muestrario del escenario que espera al nuevo pontífice, el norteamericano Robert Prevost, León XIV, que estará obligado a pisar muy firme sobre la tierra frente a estos desafíos que incluyen, particularmente, también los que llegan desde su propio país.

      Es esa nacionalidad y la influencia evidente que Estados Unidos ejerce en el mundo, el dato que convierte a este pontífice en un problema aún mayor para quienes combatieron el desaparecido papa Francisco, con cuyo legado se alinea el nuevo jefe de la Iglesia. La pertenencia de origen puede ser relativa, pero en ciertas consideraciones adquiere un valor particular.

      León XIV no proviene de una costa del sur mundial, sino que es pleno producto del norte poderoso, una cualidad que potenciará su voz, con una estridencia especial entre quienes no tengan deseos de oírlo. Es el primer ciudadano estadounidense que ocupa el liderazgo de una Iglesia sumamente influyente en ese país, cuyo vicepresidente actual, JDVance, y el canciller Marco Rubio, se definen o perciben como católicos.

      La actual Casa Blanca, sin embargo, no suma con esta novedad. Es para ellos una derrota. Apoyaba a otro cardenal, Timothy Dolan, el arzobispo de Nueva York, de ideas conservadores y que encabezó el oficio religioso en las dos asunciones del presidente Donald Trump, a quien, aunque sin fanatismos, consideraba un mensajero de la fe.

      El interés del presidente norteamericano por contar con un aliado o al menos un simpatizante en El Vaticano se ha sostenido en la necesidad de evitar confrontar con una usina crítica poderosa que puede remover sus bases de respaldo porque, entre otras cuestiones, es uno de los nuestros quien alza los reproches. Además, abriendo un aherida narcicista al magnate republicano: a partir de ahora el norteamericano más importante no será el habitante de la Casa Blanca.

      Aparte de las calamidades geopolíticas citadas y otras diversas en un planeta que, según la Cruz Roja, confronta en simultáneo 120 conflictos bélicos de distinto tamaño, además de hambrunas y multitud de tiranías, el país de Prevost exhibe una deriva con formato de Estado policial y abusos contra los extranjeros que desborda la raya de la polémica. Incluso se ha puesto en peligro de expulsión a aquellos extranjeros con papeles en regla o quienes simplemente tienen un nombre con evocación foránea.

      La cancillería de Marco Rubio ha reclamado el rastreo de empleados con “prejuicios anticristianos”, consigna de una ambigüedad escolar, o que las embajadas filtren las visas a quienes hayan hecho algún comentario público crítico del gobierno actual. Una deformación stalinista, según la describe con horror en El País de Madrid la escritora checa Monika Zgustova, al recordar los métodos de persecución que sufrieron sus padres a manos del extremismo comunista. Es el país de este nuevo Papa,que ha defendido el mensaje inclusivo a favor de los migrantes de su antecesor a quien los aliados de Donald Trump buscaron obligar a abdicar.

      Jorge Bergoglio, cuando fue desingado, el lider con el cual se alinea el nuevo pontífice AFPJorge Bergoglio, cuando fue desingado, el lider con el cual se alinea el nuevo pontífice AFP

      Este nombramiento trascendente de León XIV confirma en principio la eficiencia de la estrategia de Bergoglio que se ocupó de designar cardenales fieles a su pensamiento y criterio. Una mayoría no definitiva, pero que resultó significativa en el Cónclave. Sin embargo no debería ser suficiente conformarse con calificar de bergogliano al nuevo Papa. Que lo es ciertamente.

      La importancia profunda de lo sucedido es que la jerarquía de la Iglesia, con algunos rezagados, pero en su tronco principal entendió que la institución debería salir a cruzar lo que sucede y no apañarlo. Por eso no se extendió la votación que es lo que hubiera sucedido si el ala conservadora, que se enfila con Dolan o el húngaro Peter Erdó, hubiera trabado la votación.

      La Iglesia es un poder político, aparte de su compromiso espiritual, y no solo de los religiosos. Posiblemente esta designación de un norteamericano disruptivo, indica la existencia de un pensamiento crítico, superestructural, contra el discurso único que impone el fenómeno antiliberal del alt-right que sacude al mundo, también como vemos, en Latinoamérica.

      El pontífice, que eligió su nuevo nombre en homenaje al papa León XIII de comienzos del siglo pasado, un hombre referenciado por su compromiso con la justicia social y las políticas de esa índole, es más nítido desde la visión política. No es claro cuáles son o serán sus planteos culturales, que es la otra gran dimensión de la estructura que ahora recaen en sus hombros.

      La puertas entornadas

      El papa Francisco durante su gestión entornó puertas históricas en relación a la cuestión de los divorciados, los homosexuales, el rol de la mujer, pero poco o nada respecto al oficio de creyentes casados, una necesidad, esta última, por la ausencia de curas en zonas claves, como el Amazonas.

      En caso de avanzarse en esos caminos, supondría una crucial mutación en la doctrina para acomodar a la iglesia con lo que realmente ocurre entre la gente. En ese sentido, hasta donde señalan los vaticanólogos, Prevost se diferenció de Bergoglio, aun cuando el papa argentino era en realidad un conservador, aunque con un fino olfato histórico. Pero aparentemente el nuevo Papa prefería ir más despacio.

      Robert Francis Prevost (a la derecha) el sucesor de  del papa FranciscoRobert Francis Prevost (a la derecha) el sucesor de del papa Francisco

      Fuera de esa disyuntiva crucial, el mundo que espera a este líder, aparte de las tribulaciones en su propio país, lo marca una oleada de conflictos, dato que también intersecta con el país de origen del pontífice.

      El choque indo-pakistaní, que es una escala siguiente y grave de los conflictos que estas naciones han mantenido desde la desaparición del Raj británico en 1947 y la independencia de ambas entidades, emergería hoy de un orden planetario frágil y librado a su suerte, el mismo que hace que Israel suponga una luz verde intangible a su favor para anexionar los territorios palestinos ignorando el destino de sus poblaciones.

      Los intercambios de fuego entre India y Pakistán fueron de una magnitud significativa a lo largo de los días, con decenas de víctimas y el derribo de aviones de combate del primero de esos países. La crisis la disparó un ataque en abril pasado de un grupo terrorista ignoto que mató a 26 turistas indios que vacacionaban en la disputada Cachemira.

      India, que gobierna un duro nacionalista, Narendra Mohdi, de perfiles a tono con los extremismos de la época, acusó de inmediato a Pakistán, que negó toda responsabilidad y ofreció una investigación conjunta. Las relaciones se enfriaron, hubo expulsiones mutuas de diplomáticos, continuaron los bombardeos y la declaración consecuente de Islamabad que acusó a India de comer un acto de guerra. .

      En el trasfondo de estos jugadores con capacidad atómica militar, cada uno con unas 150 ojivas nucleares, se alzan las mayores potencias planetarias: EE.UU. del lado de India y China, con Pakistán. Esas presencias indican una dimensión superior de tensión, particularmente por aquella labilidad del orden mundial y la noción medieval creciente de que es el poder lo que determina la legalidad.

      La preocupación crece porque India expandió sus objetivos militares más allá de los límites que antes respetaba, incluso hasta el Punjab pakistaní en una acción que podría ser el inicio de un esquema de disuasión con ataques frecuentes al estilo de Israel, con la fórmula de golpes militares constantes, señalan analistas, lo que construye un escenario de inestabilidad crónica y destino imprevisible.

      No tan lejos de ahí sigue la pesadilla creada por Rusia en Ucrania, que cuenta con la bendición pro Moscú de Washington. Ese escenario anticipa un déficit para este nuevo Papa. Es difícil suponer que León XIV logre la capacidad de intervención geopolítica que en cambio exhibió Francisco en sus primeros años, cuando gobernaba Estados Unidos Barack Obama y el Vaticano fue un instrumento de cambios notables en el mundo, desde Oriente medio a Cuba.

      Prevost, con su íntima ala latinoamericana por su extensa tarea pastoral en los límites pobres peruanos, es lo más parecido a un demócrata, como Obama, pero confronta con un republicano del ala más extrema y rígida, que no lo tendrá en cuenta para un diseño sensato del planeta. Es época de conflictos.

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      Marcelo Cantelmi
      Marcelo Cantelmi

      Editor Jefe de la sección Mundo [email protected]

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