Para el nuevo gobierno de Brasil, conducido por Luiz Inacio Lula da Silva, es central impulsar negociaciones en toda la región que ayuden a resolver las crisis crónica de este espacio. En ese complejo panorama, el flamante canciller, Mauro Vieira, ex embajador en Argentina, Estados Unidos y las Naciones Unidas, en su primera entrevista con un medio internacional, le señala a Clarín que la negociación también debe involucrar a países como Venezuela o Nicaragua, a cuyos gobernantes califica abiertamente como dictadores por la perpetuación de sus liderazgos, porque “como ha sostenido Lula, la democracia es alternancia y más de dos mandatos, es dictadura”.
En la extensa charla, en el enorme Centro Cultural del Banco do Brasil, donde una multitud de funcionarios del nuevo gobierno trabajaron en la transición, Vieira recuerda con afecto sus seis años en Argentina, remarca la importancia de rescatar al Mercosur y sostiene que las propuestas de Uruguay de un acuerdo de libre comercio con China deben llevarse adelante por todos los socios, incluso “sería mucho mejor para Montevideo”, afirma.
-Cuando habla con Lula, ¿qué análisis hacen de la situación del vecindario? Hubo un intento de golpe en Perú, acaban de arrestar sin respetar sus fueros a un gobernador en Bolivia; en Argentina la Casa Rosada se alzó contra un fallo de la Corte, y aquí hay bandas ultranacionalistas que piden nada menos que un golpe contra las nuevas autoridades. ¿Qué se rompió en la región?
- Son tiempos de inestabilidad, inestabilidades de diferente naturalezas y por lo tanto con orígenes diversos. Pero es preciso hallar una solución. Lula es un entusiasta de la integración, de la cooperación con el vecindario, ese es su primer círculo de interés, en Sudamérica y el Caribe y para ello importan los organismos. Hoy (viernes) me dijo que Brasil volverá a la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños). El 24 de enero estaremos para ello en Buenos Aires. También quiere una actualización de la UNASUR por que se viabilizar por esos canales el diálogo político que es central para hallar soluciones a los procesos que usted señala.
-¿Ustedes han señalado que van a tener relaciones con todos los países, pero hay muchos procesos autoritarios en la región?
-Hemos dicho ciertamente que no nos importa la ideología en este nivel. Vamos a sostener relaciones diplomáticas con Venezuela, normalizarlas con Cuba y con Nicaragua. Nos importa el diálogo.

- Está bien el diálogo, pero ¿cómo se reprochan las violaciones a los derechos humanos, la censura y otros delitos que comenten países por ejemplo como Nicaragua o Venezuela?
-Se lo hace censurando esas prácticas en los foros regionales, también en los multilaterales como las Naciones Unidas, en la comisión de Derechos Humanos de Ginebra, donde cada país tiene que prestar cuenta de todo lo que sucede. Y debe presentarse. Pero le aclaro, no creo que la solución contraria sea la de aislar a un país o las sanciones. Eso es peor, se debe seguir negociando y dialogando porque lo más grave le sucede a la gente que está al final de la línea y son las primeras víctimas. Creo que el diálogo es fundamental y en ese sentido UNASUR, por ejemplo, tiene un rol muy importante, tuvo una presencia destacada en el pasado con soluciones que se encontraron en su seno entre todos sobre problemas en Bolivia o en Colombia .
- Lula le dijo a The Economist que en su oportunidad le manifestó a Hugo Chávez o al colombiano Alvaro Uribe que más de dos mandatos es dictadura porque la democracia es alternancia. ¿Para Lula son dictadores Daniel Ortega y Nicolás Maduro?
- Sí. Lula declaró muchas veces y es público, no soy indiscreto, que cuando estaba por terminar su segundo mandato había un apoyo fuerte para una reforma que le diera otro mandato. Se opuso sosteniendo que la democracias presupone alternancia y lo contrario es dictadura. El lo tiene muy claro.
- ¿Entonces Brasil se propone presentarse en todos esos foros para sostener ese argumento?
- Lo haremos, pero también sin dejar de aproximarnos a los países con los que se tiene afinidades y con los que no las hay y en cambio se mantienen discrepancias, se buscarán soluciones que generen cambios positivos, porque de eso se trata la diplomacia. Es el arte de la negociación, de la conversación. Si no se conversa, si se le da la espalda al otro, no hay diplomacia y por lo tanto tampoco hay soluciones.
- Es muy fuerte la noción de que Estados Unidos considera a Brasil, con el gobierno de Lula, como un liderazgo que podría corregir el caos y las incongruencias republicanas en la región. ¿Es así?
- Pero es que Lula ya dio pruebas de que es el hombre del diálogo con todos, nunca dejó de dialogar. Eso todos lo saben. Él está dispuesto a hablar con todos, incluyendo con Estados Unidos. A propósito, debemos tener relaciones de calidad con Washington, pero independientes, soberanas y orientadas por el interés nacional como los norteamericanos orientan las suyas según su interés nacional. De modo que en términos de política externa, sobre todo en la región, Brasil sí está dispuesto a crear consensos. Lula es un especialista en eso.
- A lo que me refiero es que en Estados Unidos parece existir una fuerte expectativa sobre el nuevo gobierno brasileño y en términos prácticos, por ejemplo, un alivio de la crisis política produciría un alivio de los flujos de inmigrantes.
- Ah, pero de parte nuestra también hay una gran expectativa con ellos, con Estados Unidos. Es una buena señal de que haya una nueva embajadora de Estados Unidos aquí. Vamos a comenzar a trabajar en bases distintas a las que planteó el gobierno saliente, con posiciones claras. Eso es un gran avance.

- Usted estaba en Croacia, donde era embajador, cuando en febrero pasado estalló la guerra contra Ucrania. Hoy el mundo está escandalizado por la masacre de civiles que comete a diario Rusia. ¿Qué actitud tendrá su gobierno al respecto">