Se dice en estos días de nuevo Papa, que la providencia puede haber intervenido para que el elegido, Francis Robert Prevost, 69 años, sea el único pontífice de la historia laureado en Matemáticas y disciplinas Stem. Aclaración necesaria: STEM es la sigla que agrupa Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, que representan el conjunto de las materias científico-tecnológicas e ingenieristas.
Estas capacidades son consideradas fundamentales para el desarrollo avanzado de problemas complejos. Y León XIV es uno de los escasos humanos que ha conseguido la laurea en estas difíciles materias.
Aleluya, Aleluya, porque la Iglesia, gracias a que el argentino Jorge Bergoglio se tomó muy en serio los desafíos y peligros, tiene muy en sus principales prioridades este gigantesco problema de los riesgos de la inteligencia artificial para la humanidad.
El riesgo es que el descontrol lleve a un desarrollo de humanoides y máquinas que terminen alterando a fondo el dominio humano. Ya se han escrito hipótesis de una victoria letal de las máquinas que concluya por poner a riesgo la existencia misma de la humanidad. Sería una guerra perdida contra la agresión de la Inteligencia Artificial creada por los seres humanos.
No se trata de una hipótesis sino de un peligro real, consistente. En el fondo, la raza humana puede sucumbir por el uso de la tecnología que está revolucionando la interacción humana con las máquinas.

El Papa Prevost ha intervenido en las congregaciones generales previas al Cónclave y ya como nuevo pontífice. La Iglesia comenzó a reflexionar hace diez años sobre el peligro fascinante de la IA.
Las señales muestran la fase inicial de una evolución informática y tecnológica que ha realizado la inteligencia de las máquinas.
Tras el legado de León XIII
En un óptimo artículo, Franca Giansoldati, vaticanista del diario romano Il Messaggero desarrolla este tema fascinante y dramático, comparándolo con el shock que causó en el siglo XIX la revolución industrial que el Papa Pecci, León XIII, desarrolló en una de las encíclicas más importantes de la larga historia de la Iglesia, como fue la Rerum Novarum, que cambió los mismos enfoques del catolicismo en la Revolución Industrial.

León XIV ha identificado con su propio nombre la continuidad con el pontificado de León XIII y la revolución de su encíclica.
Prevost dijo que la Iglesia ofrece a todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los desarrollos de la Inteligencia Artificial, que comporta nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, de la justicia y del trabajo.
El flamante Papa postula que el hombre, “en el contexto del progreso tecnológico, será verdaderamente mejor, más maduro espiritualmente y más conciente de la dignidad, de su humanidad, más responsable y más abierto a los otros, en particular los más necesitados y los más débiles”.
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