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      Enigmas aún sin respuestas: qué medidas de Francisco continuará y cuáles no el papa León XIV

      • La elección del cardenal Robert Prevost surgida de un amplio consenso se inscribió en un propósito: continuidad en el perfil, pero con decisiones menos osadas y, eventualmente, algunos frenos en cuestiones determinadas.
      • Aunque Robert Prevost fue el candidato de Bergoglio, es posible que su papado sea menos disruptivo.

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      Desde Roma, cuáles son las expectativas del nuevo papado de León XIV

      Después de un papa como Francisco que se mostró muy abierto en varios aspectos que hacen a la actitud de la Iglesia y en otros al menos los puso sobre la mesa iniciando un debate interno, la mirada de muchos católicos y, en general, de quienes siguen con interés las cuestiones religiosas es si su sucesor, León XIV seguirá en esta línea. Y, más precisamente, en que cuestiones avanzará o retrocederá.

      Es evidente que el estilo abierto, cercano y austero del extinto papa argentino cautivó a muchos como se vio en sus multitudinarios funerales. Como también algunas decisiones que tomó como permitir la comunión a los católicos divorciados en nueva unión, la bendición a parejas gay y el nombramiento de mujeres en puestos de relevancia en el Vaticano.

      Sin embargo, esos avances suscitaron muchas tensiones en los sectores más conservadores -y hasta en algunos moderados- porque consideraban que Francisco estaba forzando demasiado la doctrina y las normas eclesiásticas con tal de mostrar una Iglesia, como él decía a cada rato, que “recibe a todos, todos, todos”.

      En las vísperas del cónclave que eligió a su sucesor se palpaba el anhelo mayoritario de los cardenales de optar por un candidato que siguiera el espíritu de Francisco, pero sin profundizar sus aperturas e incluso delimitar algunas de ellas en base a una más puntillosa observancia de los postulados.

      La elección del cardenal Robert Prevost -surgida, finalmente, de un amplio consenso- se inscribió en ese propósito: continuidad en el perfil, pero con decisiones menos osadas y, eventualmente, algunos frenos en cuestiones determinadas. Dicho de otra manera: que sea un papado menos disruptivo.

      Por otra parte, para más de un observador vaticano, Robert Prevost era el candidato de Francisco. O, al menos, quiso dejarlo bien posicionado. Primero lo nombró obispo de una diócesis pobre de Perú para que adquiriera experiencia al frente de una diócesis con grandes desafíos sociales.

      Luego lo llevó al Vaticano como prefecto de la Congregación para los Obispos -selecciona los candidatos al episcopado- para que conozca el desempeño de la curia romana. Evidentemente, Prevost le suscitaba mucha confianza, más allá de valorar su perfil cercano y su acento social.

      Desde que apareció en el balcón de la basílica de san Pedro, León XIV no ocultó su sintonía con Francisco. Ante todo, destacó el fervor con que la gente lo despidió: “Hemos visto la belleza y sentido la fuerza de la inmensa comunidad que con tanto afecto y devoción despidió y lloró a su pastor”.

      La elección del cardenal Robert Prevost se inscribió en ese propósito: continuidad en el perfil, pero con decisiones menos osadas. Foto ANSALa elección del cardenal Robert Prevost se inscribió en ese propósito: continuidad en el perfil, pero con decisiones menos osadas. Foto ANSA

      En su primer discurso ante los cardenales destacó el documento con el que Francisco inició su papado, la exhortación apostólica “La alegría del Evangelio”, considerado programático, destacando “el regreso al primado de Cristo en el anuncio y la conversión misionera de toda la comunidad cristiana”.

      También citó de ese texto “el crecimiento en la colegialidad y en la sinodalidad; la atención al censos fide, especialmente en sus formas más propias e inclusivas, como la piedad popular, el cuidado amoroso de los débiles y descartados, y el diálogo valiente y confiado con el mundo contemporáneo en sus diferentes componentes y realidades”.

      Lo que viene

      Ahora bien: ¿Cuál será la traducción de todo esto en el nuevo pontificado? Si León XIV, como parece evidente, va a continuar con el espíritu de Francisco, cercano y despojado, ¿Qué actitud adoptará ante cuestiones que tienen que ver más bien con las normas y generan polémicas internas?

      De consultas hechas por Clarín a altas fuentes del Vaticano surgió la siguiente estimación:

      Camino sinodal: Dijo explícitamente que continuará con el llamado “camino sinodal”, el proceso que puso en marcha Francisco para lograr una Iglesia más dialogante y participativa y que los conservadores resisten porque consideran que horizontaliza una institución por definición vertical.

      Comunión a los católicos divorciados en nueva unión: Se descuenta que dejará vigente esa norma, más allá de que un grupo de cardenales muy conservadores lo había acusado a Francisco con varias cartas en las que le decían, en buen romance, que la doctrina no lo permitía.

      Bendición a parejas gay: Probablemente frenará -o cuanto menos dejará caer en el olvido- esta bendición, si bien no implica reconocer el matrimonio homosexual. Es uno de los asuntos que había suscitado más controversia en la Iglesia. Por declaraciones del pasado, Prevost no parece ser tan concesivo en este aspecto.

      Viri probati y diaconado femenino: No parece que vaya a permitir que católicos casados de avanzada edad y probada fe puedan acceder al sacerdocio en zonas del planeta de grades escasez de curas. NI el de las mujeres al primer peldaño del orden sagrado (luego sigue el sacerdote y el obispo). En cambio, seguiría nombrando mujeres en altos cargos del Vaticano.

      Los que se oponen al de hombres casados al sacerdocio dicen que es un camino hacia el celibato optativo, y los que se oponen al diaconado femenino argumentan que con ello las mujeres están ingresando al primer peldaño del clero, quedando a la vuelta del sacerdocio femenino.

      Las fuentes vaticanas consultadas consideran que tampoco León XIV avanzará en estos temas, aún estando de acuerdo con ellos, salvo que exista un amplio consenso en la Iglesia en favor de ellos, cosa que hasta ahora no existe como se verificó, dicen, en los últimos sínodos de obispos.

      Migrantes: En cambio, de la mano de la gran preocupación social de León XIV, existe entre los observadores la extendida creencia de que el nuevo papa seguirá abogando con fuerza por los migrantes, aunque evitando un fuerte choque con Donald Trump por su política de deportación masiva de inmigrantes.

      Cambio climático: Y, por supuesto, seguirá la huella de Francisco con respecto a su preocupación por el deterioro del medioambiente, que lo convirtió en el primer papa en redactar una encíclica sobre esta problemática, en línea con la sensibilidad del santo del cual tomo su nombre: san Francisco de Asís.

      Todo indica que León XIV privilegiará el consenso interno tratando de disminuir las tensiones que habían provocado actitudes y decisiones de Francisco sobre todo en los sectores más conservadores. Pero habrá que ver cómo lo tomarán aquellos -clero y laicos- que quieren que siga la apertura.


      Sobre la firma

      Sergio Rubin
      Sergio Rubin

      Editor de la sección Mundo, especialista en temas religiosos [email protected]

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