En una excavación en las Tierras Altas escocesas, un equipo de arqueólogos desenterró lo que al principio creyeron que era parte de una vieja maquinaria rural.
Sin embargo, se dieron cuenta de que encontraron algo mucho más significativo: una llanta de carro forjada en hierro que tendría más de 2.200 años de antigüedad. El hallazgo llamó la atención de los especialistas porque es la primera vez que se encuentra un objeto así en esa parte del país.
La pieza fue localizada cerca de Inverness, enterrada junto a restos humanos incinerados, cerámica tosca y huesos de animales.
Estos elementos apuntan a que se trató de un entierro ritual, posiblemente dedicado a una persona de gran relevancia social. Los arqueólogos sospechan que esa llanta, que originalmente estuvo unida a una rueda de madera, pudo haber pertenecido a un líder tribal de la Edad de Hierro.
Qué significa el hallazgo de esta llanta de la Edad de Hierro en Escocia
De acuerdo con los expertos, el uso de hierro en ese período implicaba un altísimo costo y un trabajo técnico complejo. No era un material que se usara para cualquier objeto cotidiano.
En este caso, se cree que un herrero muy experimentado moldeó tiras de hierro fundido para dar forma a la llanta, lo que revela no solo conocimientos avanzados de metalurgia, sino también una sociedad capaz de encargar trabajos tan elaborados.
“Este tipo de ruedas no son comunes, y mucho menos en esta zona. Eso nos habla del estatus de la persona enterrada y de las conexiones culturales y comerciales que podía tener”, explicaron desde el equipo arqueológico. El descubrimiento pone en evidencia el nivel de sofisticación que tenían algunas comunidades del norte de Europa hace más de dos milenios.

Qué otros objetos antiguos encontraron en el mismo sitio arqueológico
Además de esta llanta de carro, los investigadores descubrieron en el mismo yacimiento una urna crematoria correspondiente a la Edad de Bronce, puntas de sílex utilizadas como herramientas y restos de viviendas muy antiguas.
También aparecieron vestigios de prácticas agrícolas medievales, como hornos de secado de grano y sistemas de cultivo, lo que permite reconstruir la historia del uso del suelo en esa zona durante varios siglos.

Tras concluir el trabajo, el equipo decidió volver a enterrar el círculo ceremonial hallado en el lugar, en cumplimiento con los protocolos de conservación arqueológica de Escocia. En tanto, las piezas rescatadas serán conservadas y exhibidas en museos de Inverness y Edimburgo.
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