Junio trae una doble oportunidad para desenchufarte: dos fines de semana largos que invitan a hacer una pausa. No necesitás hacer cientos de kilómetros ni romper el chanchito para encontrar ese rincón que te devuelva la calma y hacer tu próxima escapada.
A menos de dos horas de Capital, hay pueblos que parecen salidos de otra época, donde el tiempo se mueve más despacio y el paisaje respira autenticidad. Te presentamos siete destinos ideales para una escapada exprés. Tenés campo, historia, estaciones de tren que todavía funcionan y una buena dosis de tradición criolla.
A solo 145 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, este pequeño pueblo cerca de Carmen de Areco es perfecto para reconectar con la vida de campo. Sus calles de tierra, pulperías y tranquilidad hacen que todo parezca detenido en el tiempo. Es el destino ideal para descansar.
En Gouin podés recorrer la Capilla San Agustín, visitar la antigua estación de tren y deleitarte con una comida bien tradicional en la Pulpería La Mora, la Parrilla Don Carlos o el Restaurante La Estación. Para descansar, te podés alojar en La Casa del Árbol o El Remanso.
Este antiguo pueblo ferroviario conserva construcciones de época y una atmósfera nostálgica. Se encuentra a 145 kilómetros al oeste de Buenos Aires. Entre sus atractivos están la estación de tren, la Iglesia local, la Plaza de las Colectividades y el Monolito que da nombre al lugar.
Una parada obligada: el tenedor libre "La Luli", donde vas a comer como en casa. Imperdible para visitar en familia.
Con construcciones de principios del siglo XX y una estación de tren que todavía está activa gracias a la línea Sarmiento, Zapiola es un destino ideal para llegar en tren y disfrutar del aire puro del campo.
Ubicado a 93 kilómetros de Buenos Aires, cerca de Lobos, ofrece lugares como el Almacén de Zapiola, la iglesia Inmaculada Concepción y hasta una cooperativa quesera abandonada, que conserva el encanto de otras épocas.
A 108 kilómetros de la capital, este rincón poco explorado se puede visitar en tren gracias a la línea Belgrano Sur. Su estación, aún en funcionamiento, es el punto de partida para descubrir el pueblo.
En esta pequeña localidad, podés probar sus sabores parando a comer en La Tacuara o en El Resorte, dos bodegones donde la comida casera y el ambiente familiar son protagonistas.
Uno de los pueblos más antiguos de la provincia, a solo 85 kilómetros al noroeste de la ciudad. Su arquitectura colonial, las calles empedradas y el ambiente tranquilo lo convierten en una joyita bonaerense.
Entre los lugares más importantes para visitar en Capilla del Señor se encuentran: la Plaza San Martín, la iglesia del pueblo, el paseo Arcoiris junto al Arroyo de la Cruz y dos casonas históricas: Los Naranjos y La Casona de Capilla.
Ubicada a unos 150 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, Elvira es ideal para los que buscan perderse entre caminos rurales y respirar calma.
Entre sus postales están la estación de tren, la vieja bomba de nafta YPF, la parroquia del pueblo y el antiguo molino. Muy cerca también se encuentra la Laguna Salada, perfecta para completar el paseo y conectar con la naturaleza.
A pasos de Lobos y a 114 kilómetros de Buenos Aires, Las Chacras es el destino perfecto para quienes buscan paisajes de campo, tranquilidad y algo de historia. Es un pequeño pueblo ideal para conocer en pareja o en un fin de semana con amigos.
Podés recorrer la antigua estación del Ferrocarril Roca y probar delicias en la panadería Santa Catalina. También es buena idea combinar la visita con un paseo por la ciudad de Lobos.
Gorostiaga es un pueblo ferroviario con aire nostálgico y arquitectura de época. Foto: Freepik.
En Capilla del Señor se combinan arquitectura colonial, historia y espacios naturales. Foto: Archivo Clarín. 
