La sorellina
Pizza napolitano-argentina contemporánea.
Ramón Freire 1393, Colegiales, CABA.
Horario Jueves a lunes. De 19 a 24 horas.
Instagram @lasorellinapizzabar
¿Cuántas palabras como esta tienen el mismo significado en todo el mundo y en todos los idiomas? Muy pocas. La pizza es ecuménica. Atraviesa culturas, géneros y edades recibiendo siempre una sonrisa alegre y amistosa. Parece casi imposible que una simple mezcla de harina, agua y levadura pueda ser tan popular y querida.
El éxito mundial de esta especialidad es fácil de explicar: es económica, práctica, deliciosa y sencilla. Económica porque, aún con el agregado de ingredientes costosos, sigue siendo un gasto posible. Práctica porque es fácil de transportar y se puede consumir en cualquier lugar. Deliciosa porque la combinación entre la acidez dulzona del tomate, la textura casi cremosa de la mozzarella y los carbohidratos de la masa estimulan de manera irresistible las papilas gustativas. Sencilla porque alcanzan pocas semanas de aprendizaje para obtener buenos resultados en su elaboración.
Los napolitanos están convencidos (de buena fe y con argumentos sólidos) de ser sus inventores pero a diferencia de la pasta, cuyo origen es una disputa exclusiva entre Italia y China sin terceros en discordia, en el caso de la pizza las cosas son un poco más complicadas. Existen buenas pizzerías, pizzas y pizzeros en Nápoles, Roma, Milán, Nueva York, Chicago, Londres, Paris, Tokio, Sidney, San Pablo, Río de Janeiro y por supuesto en Buenos Aires. La ciudad del Vesubio será, quizás, la estrella más luminosa pero no hay que subestimar otros lugares que irradian luz propia.
La historia de La sorellina
Carola y Victoria Santoro. Hermanas. Empresarias textiles convertidas en empresarias gastronómicas. Todo nació a partir de la pasión por la pizza. Tan intensa que las indujo a buscar sus mejores interpretaciones en el mundo.
Se volvieron fans del estilo napolitano, fascinadas por los cuatrocientos cincuenta grados de los hornos, alimentados a leña, que cocinan una pizza en noventa segundos. Quedaron encantadas con su salsa de tomate, fresca y sin cocción previa, con las combinaciones y el equilibrio entre masa e ingredientes.

Estudiaron. Buscaron información. Ensayaron en el horno del patio de su casa. Las pizzas salían bien. Amigos, conocidos y vecinos se acercaban para probarlas. Después de la primera vez todos volvían. En 2019 inauguraron su local de Adrogué. Un éxito.
En 2022 la pizzería entra en la lista de las mejores cincuenta del mundo y gana el primer lugar entre sus pares de Sudamérica. En el mismo año abren un local hermano en Colegiales donde, en este momento, empezaron a proponer un nuevo modelo que asocia dogmas napolitanos (harinas de alta calidad, masa mimadas y uso de materias primas italianas y nacionales de alta calidad) con rasgos más argentinos (cocción a gas, temperaturas más dóciles, estirado de la masa diferente en un formato que hace un guiño al estilo “a la piedra”). Resultado: pizzas leves, cuidadas, sabrosas y confortables.
Qué comer en La sorellina
La fainá, de superficie crocante y corazón tierno, sale con virutas de queso parmesano y pimentón.

La pizza “baciata” (doblada al medio) encierra albóndigas tiernas en salsa de extracto de tomate, ajo, cebolla, ají, crema, manteca, aceite de oliva y vodka.
La marinara expresa su simpleza mediterránea combinando tomate, albahaca, orégano, escamas de ajo y filetes de anchoas.

La diavola (salsa de tomate, mozzarella fior di latte, salame pepperoni, viruta de parmesano, albahaca y rodajas de jalapeño fresco) atrapa el paladar.
Cierre dulce con un tiramisú de dulzura gentil bien interpretado.
Sobre la firma
Mirá también
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO