A dos semanas del levantamiento del cepo cambiario para las personas y del nuevo régimen de flotación del dólar, entre los $ 1.000 y los $ 1.400, el mercado está en proceso de adaptación a las nuevas reglas.
Los economistas coinciden en que el balance de los primeros días es positivo, pero que hay que terminar de ver qué sucede con el pasaje a precios y si los argentinos pueden aprender a "flotar", es decir, convivir con un dólar que se mueve diariamente.
Según el economista Guido Lorenzo, en estas primeras dos semanas "se logró flexibilizar el cepo sin un desorden macro o financiero. El dólar no tocó los límites de las bandas y el pasaje a precios parece acotado desde que la cotización se encuentra en niveles similares a los que tenía antes de la apertura”.
Respecto de la política de no comprar divisas hasta el piso de la banda, el analista dice que quizás no es del todo acertada. “Al tener imposibilidad de intervenir dentro de la banda, la expectativa y la posibilidad de depreciación en episodios de inestabilidad se torna más elevada a menor tipo de cambio", opina.
"Quizás hubiese sido bueno ver al Banco Central acumulando reservas internacionales desde el comienzo del nuevo régimen. No obstante, es entendible dado que al mismo tiempo está el objetivo de desinflación aún en curso”, explica Lorenzo.

Sebastián Menescaldi, de la consultora Eco Go, cree que "en estas dos semanas estamos aprendiendo a flotar, en un contexto donde de a poco está empezando a aparecer el mercado. Todavía muchos no tomaron decisiones a la espera de lo que pasaba".
Coincide en una mirada positiva, pero advierte que habrá volatilidad y estacionalidad. "Habrá momentos en que se liquiden dólares y otros que no. Seguramente habrá momentos de tensión, de corrida. Eventualmente, algún factor que desestabilice el mercado y lo lleve al alza y no sabemos cómo vamos a reaccionar". Es decir, según el analista, "la duda es hacia adelante, hacia dónde iremos".
Por su parte, el economista Ricardo Arriazu, aclaró que, en lo personal, no está totalmente de acuerdo con el esquema de flotación de bandas. “A diferencia de otros países, Argentina tiene una economía bimonetaria: la gente ve moverse al tipo de cambio y se asusta”, dijo en evento organizado por PPI. “La banda es muy ancha. Si bien Chile lo hizo, quizás Argentina aún no esté lista para tanta amplitud”, opinó.
Gabriel Caamaño, de la consultora Outlier, piensa que el cambio de esquema, "que es mucho mejor que el anterior" empezó bien, con el dólar en el centro de la banda, buen volumen y poca volatilidad, y suba de los activos financieros argentinos en un contexto internacional adverso.
"Había arrancado muy bien, pero ahora vemos una ansiedad del Gobierno para forzarlo muy prematuramente a la baja, no le dieron tiempo prácticamente. Intervinieron aparentemente el jueves -en los futuros por lo menos- y ahí volvieron a cambiarlo un poco. ".
Para el economista, "técnicamente, no tiene mucha justificación mandarlo al piso de la banda. Si el Tesoro no va a subir las tasas, lo complicás porque no puede hacer el rollover (renovación) de la deuda y termina expandiendo (dejando más pesos en el mercado). El único ribete de algo de razonabilidad es que estén forzándolo en forma transitoria para acotar el traslado a precios".
Para Agustín Monteverde, economista en la Fundación Libertad y Progreso, "la respuesta a la salida del cepo de los agentes económicos tanto internamente como puertas afuera fue muy positiva, y eso abre el camino a más inversiones". Según su visión, el desempeño está a la vista, "el riesgo país bajó, se valorizaron las acciones y el tipo de cambio en particular se movió dentro de las bandas, y eso evita cualquier 'ruido'".
Jeremías Morlandi, economista de Thesis Consulting dice que “las primeras dos semanas muestran ser un éxito para el Gobierno. El dólar estaba cerca de los $ 1.400 y, unificado, lejos de ir a buscar ese valor, descendió. Y ahora estamos viendo un leve rebote, previsto en el esquema. Todavía es temprano para sacar conclusiones. Aun así, la flotación cambiaria no es gratis, y menos en un país como la Argentina”, advierte. El desafío es que la población aprenda a vivir en un esquema de flotación cambiaria”.
"Si el dólar se estabiliza cerca del piso, la discusión pasa a otro terreno: la necesidad de una reforma impositiva, por ejemplo. Sin inflación ni atraso cambiario que disimulen distorsiones, la carga fiscal empieza a jugar en contra de la competitividad estructural. De todas formas, tiene sentido que en el inicio del nuevo esquema el Gobierno priorice sostener el superávit fiscal”, aseguró.
Acerca de la idea oficial de que a partir de la inyección del dinero del Fondo (del que ya llegaron US$ 12.000 millones), las reservas del Banco Central darían un dólar por debajo de los $ 1000, Lorenzo asegura que “el dólar de convertibilidad es cierto que es bajo, pero no creo que tenga relevancia en el esquema actual. Nunca se está completamente libre de riesgos, un movimiento masivo de pesos a dólares causaría estrés, pero no veo chances de que suceda, al menos en este rumbo en el corto plazo”, dice Lorenzo. Y aclara que “causa estrés porque para que la totalidad de la base monetaria se destine a la compra de dólares, en el medio, implica un derrumbe del mercado de crédito”.
Sobre la firma
Mirá también
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO