-“Deme bola a mi, papelito por papelito, crocante debajo del colchón”.
-“Morocha, morocha. Como el betún. Jamás bancaricé”.
Son los dos pilares de la Teoría Eliseo de la demanda de dinero que Guillermo lla enumera en la serie El Encargado.
lla es Eliseo Basurto, el encargado de un edificio que le confiesa al del consorcio (Puma Goity) que ahorró US$ 552.293 a lo largo de su vida y jamás volcó ese dinero al sistema financiero atesorándolos cash. "Hacéme caso".
Luis Caputo le habló ayer a esos Eliseo que nunca bancarizaron, quitándole combustible a la economía. Si la demanda de dinero aumenta para atesorar, el consumo se resiente.
El ministro pretende que se vuelquen las tenencias en moneda extranjera a la economía, que se revienten los canutos. Según datos del Indec el sector privado no financiero de Argentina tiene US$ 400.000 millones en activos fuera del sistema financiero local y de eso unos US$ 193.000 millones se explicarían por los dólares en efectivo de los Eliseo.
La Oficina del Presidente fue menos sutil aún ayer a la noche: “Podés usar todos los dólares que tengas para lo que quieras”. El compromiso es que ni el Banco Central ni ARCA complicarán la vida de nadie. Casi una declaración de principios.
La clave acá a entender es que la tesis sobre la que se edifica la apuesta de Caputo es que los Eliseo de esta vida atesoran sus dólares porque temen a ser perseguidos por el Estado. Removiendo la istración tributaria esos miedos desaparecerán.
“Pero la idea de que van a tener menos miedo de que los persigan por estas medidas es muy indirecta”, razona el economista Nicolás Gadano, de la consultora Empiria.
Quizá el verdadero fantasma de los Eliseo no es el que diga Caputo sino lla en la serie: con “la morocha” en la mano uno está exento de un corralito, un bonex o una devaluación. Y hoy el mercado espera ver el resultado de octubre en las urnas.
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