Estudiantes de La Plata se desbloqueó en Santiago: goleó a Universidad de Chile y es líder en la Copa Libertadores

Tenía que dar la cara Estudiantes. No sólo por la necesidad de reencauzar la clasificación en la Libertadores; también, porque venía de ser aplastado por Argentinos Juniors y de entrar por la ventana a los playoffs del Torneo Apertura. Entonces, esta goleada que consiguió del otro lado de la Cordillera es sanadora. Porque el equipo jugó un gran partido y se adueñó de la punta del Grupo A.

Estudiantes fue rápido, letal y liquidó el partido en el primer tiempo. Y aunque se sospechaba una postura conservadora desde el esquema, una línea en el fondo, lo que determina la estrategia tiene que ver con los laterales. Eric Meza y Santiago Arzamendia jugaron lanzados. Entonces, el dibujo 3-4-2-1 le dio una amplitud y una profundidad que dejó sin chances a la U de Chile. El 5-4-1 se dio, finalmente, cuando se agrupó.

Los veinte minutos iniciales, no obstante, hubo un dominio del conjunto trasandino. Sin embargo, más allá de algunos desbordes y un buen manejo desde el medio, no logró generar dificultades a Matías Mansilla. Bastó el primer golpe platense para que los azules se cayeran a pedazos. Hubo un error no forzado y una indecisión entre Franco Calderón y Gabriel Castellón. Tiago Palacios presionó y definió ante la salida tardía del arquero y un zaguero que cubrió con pasividad.

Hubo un gran partido de Guido Carrillo, el “9” que pivoteó, fue receptor y participó del circuito ofensivo como pocas veces este año. Y de un tiro de esquina forzado por el centrodelantero, llegó la gran ejecución de Gabriel Neves y el cabezazo cruzado de Santiago Ascacibar.

No lo dejó respirar Estudiantes a su rival. Casi sin pausa, llegó el tercero. Fue un golazo por la concepción. Recuperó Ascacibar detrás de la mitad de la cancha y jugó para Palacios con un taco; el uruguayo filtró para Meza que picó al vacío y el centro atrás encontró a Carrillo entrando al área, gambeteando al arquero y resolviendo con categoría.

En el segundo tiempo, Gustavo Alvarez hizo cuatro cambios, todo un indicio de su malestar con el equipo. Sin embargo, siempre fue más peligroso Estudiantes, que no logró estirar la ventaja porque Castellón se lució con una doble tapada ante Ascacibar y Carrillo.

Los chilenos jugaron con mucho nerviosismo y fluyeron la pierna fuerte y las discusiones. Las variantes de Eduardo Domínguez buscaron refrescar el equipo ya pensando en el duelo del sábado ante Rosario Central. La vuelta a La Plata fue a bordo de una recuperación en la Copa que supo ganar cuatro veces y que ilusiona a los pinchas como en la era dorada.