window.addEventListener('keydown', function(e) { if(e.key === 'Escape'){ e.preventDefault() } });
Noticias hoy
    En vivo

      Gabriel Fernández y su hija Julia: nació un día antes del debut de la Generación Dorada en Atenas 2004 y ahora es campeona con su papá olímpico como DT

      • El ala pivote estaba listo para el estreno contra Serbia y Montenegro cuando se enteró de su llegada al mundo.
      • En una vida atravesada por el básquet, cumplieron el sueño de integrar un equipo juntos y cortar las redes.

      Gabriel Fernández y su hija Julia: nació un día antes del debut de la Generación Dorada en Atenas 2004 y ahora es campeona con su papá olímpico como DTPadre DT e hija jugadora: un título con Ferro y una pasión de familia. Foto: Ferro Prensa @mcortadello.ph

      El básquetbol es uno de los deportes con más tradición en Ferro Carril Oeste. El histórico club de Caballito -durante años gran protagonista de los torneos masculinos más importantes de Argentina- viene potenciando muchísimo la rama femenina de ese deporte, al punto que su equipo profesional se transformó en uno de los más fuertes de las competencias nacionales y vivió una temporada 2024/25 muy positiva, que coronó con el título de la Liga Femenina. El festejo, tras vencer a Riachuelo de La Rioja en la serie decisiva a tres partidos, tuvo un sabor especial para dos integrantes del plantel: el entrenador Gabriel Fernández, emblema de la Generación Dorada, y su hija Julia, una de las figuras del campeón, que se dieron el gusto de levantar juntos el trofeo.

      "Fue una experiencia hermosa. De mucho sacrificio, porque vivimos lejos de Ferro, en zona Sur. El viaje son casi 60 kilómetros de ida y 60 de vuelta. Se hace largo el día y no es fácil. Pero valió la pena", contó Gabriel, de 48 años, en charla con Clarín. "Fue especial compartirlo con Julia. No me lo esperaba. Lo disfruté muchísimo, pero siempre dándole la prioridad a ella y a sus compañeras. Yo soy el entrenador, por ahí el líder de las ideas, de proponer cosas de juego, pero las que están adentro de la cancha y tienen que disfrutar y explotar con toda la energía de la juventud son ellas. Yo esa parte de mi carrera ya la viví".

      Para Julia, que tiene apenas 20 años, celebrar el triunfo con su papá fue cumplir un sueño.

      "Fue muy lindo. Soy una persona muy sensible, me emociono y lloro, estoy enojada y lloro... Pero cuando terminó el partido, sentía mucha emoción pero no me había puesto a llorar. Todas mis compañeras estaban llorando, emocionadas y abrazándonos. Yo estaba super contenta, pero no lloraba. Él estaba saludando a todo el staff y al cuerpo técnico del otro equipo y después le hicieron una entrevista, y no habíamos tenido la oportunidad de cruzarnos en el festejo. Y cuando nos juntaron para la entrega de medallas, nos encontramos, me abrazó y ahí saqué todo", recordó la pivot.

      El festejo de los Fernández y de todo Ferro comenzó a gestarse a fines del Torneo Apertura, que terminó en enero y en el que el conjunto de Caballito perdió la final con El Talar. Justo antes de la semis en la que venció a Riachuelo, el entrenador Carlos Denegri se desvinculó del equipo. Y desde el club fueron a buscar a Gabriel.

      Ferro conquistó la Liga Femenina y sumó su segundo título nacional. Foto Instagram @ferrobasquet.okFerro conquistó la Liga Femenina y sumó su segundo título nacional. Foto Instagram @ferrobasquet.ok

      "Yo estaba a punto de agarrar un equipo masculino de Liga Argentina y esa semana decidí no hacerlo. Y justo pasó lo de Ferro. Me hice cargo para esos dos partidos y después vino el ofrecimiento para seguir en la temporada siguiente, que empezaba cinco días después. Si decía no, dejaba al equipo sin entrenador. Y además me había quedado esa ansia de revancha después de la final perdida", recordó el ex pivot del seleccionado masculino.

      Y agregó: "Yo conocía al equipo, a las jugadoras, eso fue una ventaja. Había visto muchos partidos y tenía una claridad de lo que podía sacar más o menos de cada una. Entrenar a Julia era una responsabilidad, pero ella desde el primer momento me apoyó y estaba contenta con que yo agarrara un equipo. Lo tomé con tranquilidad. Siempre apoyándola, exigiéndole lo que tenía que exigir, nunca de más ni de menos. Por eso creo que las chicas, sus compañeras, se sintieron cómodas también".

      -Julia, ¿te habías imaginado que ibas a compartir cancha con tu papá?

      Lo soñaba, aunque nunca se lo había dicho porque era algo impensado. Ni siquiera sabía si él quería dirigir equipos femeninos. Pero cada vez que hablábamos o me compartía consejos o su experiencia, pensaba 'Qué lindo sería tenerlo como entrenador'. Porque es iración pura lo que siento por él, es un orgullo tenerlo como papá. Y la manera que tiene de transmitir las cosas es siempre positiva. Siempre me impulsó mucho, me motivó a ser mejor. Y tenerlo como entrenador ahora me está ayudando muchísimo a crecer como jugadora y al equipo también. Verlo en el banco cada vez que jugamos un partido o aconsejándonos en cada entrenamiento, es una locura. Estoy re contenta.

      -¿Qué le aportó al grupo?

      Julia: Nos sumó un plus de profesionalismo. Hizo que los entrenamientos sean mucho más intensos y que todas nos queramos tomar esto más en serio. La frase que él repite siempre es "Juegan como entrenan". Recalca todo el tiempo que al entrenamiento hay que tomárselo en serio, no se puede regular ahí y después ir al partido a jugar al cien o a hacer cosas que no hicimos en el entrenamiento. Eso nos hizo subir el nivel mucho a todas, no solo basquetbolístico, si no también en la concentración. Mejoramos muchísimo y en la cancha se notó.

      -¿Cómo es Gabriel como entrenador?

      Julia: Es muy intenso. Las chicas te lo pueden decir (Risas). Tiene mucho compromiso, mucha disciplina. Siempre intenta que todos se sientan cómodos y que todos entiendan el objetivo o el punto al que él quiere llegar. Y reitero, es muy intenso. Porque en la semana te hacía mirar el mismo video del rival cinco veces y volver a repasar la defensa, el ataque y todo. Él es muy comprometido con lo que hace, más en esto que lo apasiona mucho. Pero es así también como persona. Por suerte las chicas supieron adaptarse bien y no hubo peleas.

      "Yo siempre fui y soy muy obsesivo con lo que hago. Y ella se terminó dando cuenta de eso ahora, cuando me tuvo al lado como entrenador, cuando sus compañeras se quejaban porque decían ¿ahora vamos a ver el video? y ¿ahora vamos a hacer eso?", coincidió Gabriel. "A veces las chicas no entendían por qué había que hacer tantas cosas juntas. Pero el profesionalismo es de esa manera. Y el básquetbol femenino está en pleno crecimiento, en ebullición, cambiando constantemente. Fuimos evolucionando todos juntos, como grupo, como equipo. Y cuando el equipo se plantó... El último partido realmente no fue muy bueno ofensivamente, no entró la pelota como venía entrando, pero defensivamente fuimos una muralla y pudimos contener al rival. Por eso ganamos la Liga".

      Una pasión de familia

      Los Fernández llevan el básquetbol en la sangre. Gabriel heredó la pasión por ese deporte de su papá Rubén, también pivot y quien disputó tres torneos oficiales con la camiseta albiceleste, los Sudamericanos de Valdivia 1977 y Montevideo 1981, en los que Argentina fue tercero, y el Preolímpico de San Pablo 1984. Él debutó como profesional en Ferro; jugó en varios equipos de la Liga Nacional; paseó su talento por Francia, España (gritó campeón con Tau Cerámica) e Italia; y formó parte del seleccionado durante 19 años. Fue una de las figuras de esa Generación Dorada que marcó una era, fue subcampeona mundial en Indianápolis 2002 y conquistó el histórico oro olímpico en Atenas 2004.

      Los Fernández, Rubén, Julia y Gabriel en abril de 2022. Foto Instagram @gabyfernandez15Los Fernández, Rubén, Julia y Gabriel en abril de 2022. Foto Instagram @gabyfernandez15

      Julia siguió los pasos de su abuelo y su padre. Con apenas 17 años comenzó a jugar la Liga Femenina con Asociación Española de San Vicente y después llegó al club de Caballito. Con al celeste y blanca disputó los Mundiales Sub 19 de 2021 y 2023, el Sudamericano Sub 18 de 2022 y la AmeriCup de esa categoría ese mismo año. Y hoy se prepara para debutar en el seleccionado mayor en la AmeriCup femenina.

      Cuando era chiquita practicó también patín, siguiendo a Lucía, su hermana más grande. Pero terminó eligiendo la pelota naranja. Algunos dirán que estaba destinada a enamorarse de ese deporte, porque, curiosamente, nació el 14 de agosto de 2004, un día antes del debut de su papá con el seleccionado argentino en los Juegos de Atenas, en aquel partido que quedó en las historia por la inolvidable palomita de Manu Ginóbili ante Serbia y Montenegro.

      "Me acuerdo que iba en un colectivo dentro de la Villa Olímpica con el grupo que estaba siempre de la selección. Les dije 'Chicos, me bajo que me están llamando de Argentina. Pasó algo'. Era mi hermano para avisarme que había nacido Julia, con siete meses y medio. Me dijo que mi esposa estaba bien y ella también, pero tenía que estar en incubadora una semana. Pero hasta que no hablé con mi esposa y el médico no me quedé tranquilo. Fue como una hora y media de incertidumbre y preocupación porque estaba en Grecia, era 2004 y los celulares funcionaban pero no era lo mismo que ahora. Después se fue desarrollando todo el torneo olímpico. Ella fue mejorando -tenía problemas mínimos- y estabilizándose. Y cuando volví, ya estaba en casa", recordó Gabriel.

      Julia nació un día antes del debut de Gabriel en Atenas 2004 con la Generación Dorada. Foto Instagram @julyyfernandez_Julia nació un día antes del debut de Gabriel en Atenas 2004 con la Generación Dorada. Foto Instagram @julyyfernandez_

      -¿Vos la llevaste a jugar al básquet o lo eligió ella?

      Gabriel: Lo eligió Julia. Ellas iban a patín al club. Un día la chica que era profesora de básquet me dijo 'Las agarré a Julia y a Lucía y están entrenando'. Y le dije 'Buenísimo', pero no me quería meter. Julia era muy chiquita, tenía seis o siete años. Y un día me dijo 'Pa, no voy a ir más a patín, voy a ir a básquet'. Tenía locura por este deporte. Creo que eso es algo que se siente y lo llevás adentro, seguramente en la genética. Yo lo heredé de mi papá, mis hermanos son iguales, todos tenemos locura por el deporte y por el básquetbol. Julia ya tenía ese chip incorporado y no lo pudo largar más.

      "Mis viejos nunca me quisieron orientar al básquetbol. De chiquita iba a ver sus partidos con mi mamá. Siempre me gustó el contexto de cancha, la energía que se siente. Vivíamos a dos cuadras del club Burzaco FC y yo probé, de curiosa. Él me dijo mil veces que si no me gustaba o no disfrutaba de jugar, podía dejarlo. Que él iba a ser feliz con cualquier cosa que me hiciera feliz a mí. Que en cualquier cosa me iba a apoyar y a acompañar. Ese mensaje me sirvió mucho y elegí el básquet porque me gustó la primera vez que fui", contó Julia.

      -¿Cómo es compartir la pasión por el mismo deporte? ¿Son de hablar mucho de básquetbol fuera del club?

      Gabriel: Estuvimos todo el campeonato pendientes de los resultados de los rivales y hablábamos mucho de eso, del grupo, de lo que se venía... Pero trato de ser medido y equilibrado. Yo tuve la experiencia de que con mi papá hablábamos muchísimo, con mucha pasión. Pero era algo anormal, por ahí nos quedábamos dos o tres horas hablando de básquet, de situaciones que él había vivido, que yo había vivido, cómo mejorarlas. Y se hacía pesado y estresante. Si estás todo el día hablando de lo mismo, lo podés llegar a padecer. Con el tiempo lo entendí, entonces con Julia tratamos de evolucionar. Hablamos de básquet, le hago una pregunta de algo o ella me hace una pregunta a mí y después cambiamos de tema y tratamos de hablar de otras cosas.

      "La venía aconsejando bastante. Lo que antes hacía con ella como padre, hoy lo hago con entrenador", contó Gabriel. Foto Instagram @ferrobasquet.ok"La venía aconsejando bastante. Lo que antes hacía con ella como padre, hoy lo hago con entrenador", contó Gabriel. Foto Instagram @ferrobasquet.ok

      Julia: Desde que soy muy chica que hablo de básquet con él, me aconseja. Siempre miró todos mis partidos y antes de cada uno, siempre me mandaba su mensajito o me llamaba, me decía 'Hablemos un rato' y me recordaba, hoy jugá tranquila, acordate que el rival es así, que vos ya conocés esto y lo otro, hacé esto... Cosas que por ahí ya sabía, pero que me ayudaban a centrarme un poco, bajar los nervios y hacer foco en lo que estaba por hacer y disfrutarlo. Pero además, compartir la pasión con él es muy lindo porque me siento entendida. Mi mamá a veces cuando era más chica me decía 'No sé cómo podés ir a entrenar', 'Mirá el frío que hace, para qué vas a ir' o 'Quedate a dormir'. Y yo iba igual. Esas cosas, la gente 'normal' no las entiende. Por suerte lo tengo a mi papá que de chica siempre me bancó y encontró la manera de que fuera a todos los lugares a los que el básquet me daba la oportunidad de ir. Mi mamá me apoyó siempre, pero él entiende mejor la pasión que siento.

      -¿Es muy diferente la dinámica padre-hija que la de entrenador-jugadora?

      Julia: Más o menos. Siempre tuvimos una relación buena, siempre nos comunicamos mucho las cosas. Nosotros trabajamos juntos ahora también (NdR: En Kaisen, la fábrica de trailers, casas rodantes y oficinas móviles de la familia). Entonces hay un ida y vuelta de temas de conversación, de laburo y todo. Nuestra relación de comunicarnos ciertas cosas ya estaba plasmada desde antes y ahora en la cancha, los dos supimos manejarnos muy bien. Aunque por ahí, al principio si él me decía algo como pinchándome para sacar el enojo o una actitud más agresiva, para motivarte, me daba un poco de bronca. Decía '¿Por qué me estás diciendo eso, si me conocés?'. Y me daban ganas de parar y ponerme a pelear. Pero enseguida volvía al foco y decía ahora es mi entrenador, no mi papá.

      Gabriel: Yo la venía aconsejando bastante, viendo sus partidos y después hablábamos del partido, de cómo jugaba el equipo. Desde chica la vi muy obsesiva con el entrenamiento y con querer mejorar y llegar lejos. Capaz que no se acuerda, pero al principio le dije 'Yo no me voy a meter porque no quiero que sientas presión'. Pero después de un tiempo largo en el que nunca le dije nada, vino un día y me dijo 'Yo quiero llegar a ser jugadora y dedicarme a esto'. Me salió con un planteamiento largo, difícil. Vi la seriedad con la que me lo estaba diciendo y pensé 'Bueno, la tengo que ayudar porque me está pidiendo una mano'. Y empecé a intervenir, a ayudarla y tuve que empezar a decirle cosas incómodas como tenés que mejorar físicamente, esto no lo podés comer, esto tampoco, fijate que esto va por acá y esto por allá... El camino lo hicimos juntos un poco en un comienzo. Y lo que antes hacía con ella como padre, hoy lo hago con entrenador. Con ella y con todas las chicas del equipo.

      Julia y Gabriel en el partido por los 20 años de la consagración de la Generación Dorada en Atenas 2004, en noviembre de 2024. Foto Instagram @julyyfernandez_Julia y Gabriel en el partido por los 20 años de la consagración de la Generación Dorada en Atenas 2004, en noviembre de 2024. Foto Instagram @julyyfernandez_

      -Gabriel, ¿ves algo de vos en la Julia jugadora?

      -Sí, me hace acordar en muchas cosas. Pero trato de no decírselo, porque es algo que vos lo pagás con tu cuerpo. Ella está compitiendo y no puedo entrar con esas cosas ni antes ni después del partido.

      -Julia, ¿vos te ves parecida a él?

      -Hay cosas que hago como él. Casi todos los movimientos de poste bajo que tengo me los enseñó él. Él era más pivot, yo ahora estoy proyectando mi juego más a ser 3 (alero), pero todos los movimientos que tengo me los enseñó él. Pero además las chicas nos cargan en el club porque yo tengo las manos muy grandes, tengo sus manos, y cuando hablamos hacemos los mismos movimientos. (Risas) No nos damos cuenta, claramente, pero las chicas, que se fijan en todo, se ríen y nos joden con eso. Así que creo que no heredé solamente sus movimientos.

      Los próximos desafíos

      En la Liga Femenina 2025, Ferro finalizó segundo en la Conferencia Sur detrás de Obras, con el mismo récord que el equipo de Núñez (12-2). Les ganó a Lanús, Unión Florida y El Talar en los playoffs de conferencia. Y en la serie que definió el campeón superó por 2 a 1 a Riachuelo, con victoria por 77-57 en el primer partido de local, derrota por 72-50 de visitante y triunfo 59-41 en el choque decisivo en La Rioja. Fue su segundo título nacional, después del que había conquistado en el Torneo Apertura 2023-24. Al llegar a la final, además, se clasificó a la Liga de las Américas 2025, el torneo de clubes más importante del continente (con fecha y sede a definir), que ya disputó el año pasado.

      "Fue un año muy movido, con muchas cosas y por suerte terminó bien. Ahora tenemos un campeonato internacional que va a ser completamente distinto, con equipos mucho más fuertes. Nos va a servir para sumar experiencia de visitantes y vamos a ir a pelear para tratar de terminar lo más alto posible", comentó Gabriel.

      Los Fernández, campeones con Ferro, y un sueño cumplido para Julia. Foto Instagram @ferrobasquet.okLos Fernández, campeones con Ferro, y un sueño cumplido para Julia. Foto Instagram @ferrobasquet.ok

      Julia, que estuvo presente ya en la edición pasada del certamen, en el que el equipo no logró pasar la fase de grupos, afirmó: "Queremos revancha porque sentimos que en la primera no nos fue muy bien. Creemos que el equipo estaba para mucho más, quizás nos faltaba ritmo, ruedo de partidos, así que ahora tenemos una linda revancha. Tenemos mucho tiempo para hacer una buena pretemporada y prepararnos con todo. Las ganas sobran así que vamos a ir con todo para dejar a Ferro en lo más alto".

      Ella, además, tendrá el desafío de la Americup, que jugará con el seleccionado mayor del 28 de junio al 6 de julio en Santiago de Chile.

      "Cuando me llamó el entrenador para avisarme de la convocatoria, me preguntó si estaba disponible porque yo tenía unas vacaciones planeadas. Y le dije 'Cancelo las vacaciones'. (Risas) Estoy contenta de que me hayan dado esta oportunidad y de poder compartir cancha con otras jugadoras que tienen mucho recorrido, mucha experiencia y mucho nombre. Son jugadorazas que iro un montón. Estoy super emocionada por lo que se viene", contó.

      "Julia empezó a jugar muy, muy jovencita y tiene un montón para desarrollarse todavía. Ahora estoy contento porque fue citada para la selección y eso no tiene mucho que ver con lo que yo pueda haber hecho, sino con lo que ella mostró para afuera. Todo lo que muestra en defensa, el talento que tiene en ataque, lo poco egoísta que es y todo eso... Se empezó a formar como una jugadora de selección. Por eso estoy contento. Era un sueño que ella quería cumplir", reflexionó Gabriel.

      Y poniéndose la camiseta de papá orgulloso, se ilusionó: "Me gustaría que Julia pueda seguir evolucionando -como todas las otras chicas del equipo- y que en algún momento pueda vivir del básquetbol. Ese fue mi primer sueño también. Que el básquet le sume muchas cosas para la vida. Porque el deporte te deja un montón de cosas y enseñanzas para la vida, que quizás otras cosas no te las dan. Yo la veo muy madura, muy centrada en un montón de cosas, evolucionando año a año y creciendo mentalmente. Y creo que en eso tiene mucho que ver el deporte. Y me gustaría sobre todo que pueda disfrutar muchísimo de su carrera".


      Sobre la firma

      Luciana Aranguiz
      Luciana Aranguiz

      Redactora de la sección Deportes [email protected]

      Bio completa

      Tags relacionados