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      Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarín / Ñ: “Una sociedad sin visiones de futuro está condenada a la frustración”

      • La filósofa, escritora y dramaturga reinterpreta el legado de Virginia Woolf en su ensayo Un millón de cuartos propios.
      • Además, reflexiona sobre los desafíos del feminismo contemporáneo.
      • Y analizó las distintas crueldades del presente que perturban tanto a varones como a mujeres.

      Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarín / Ñ: "Una sociedad sin visiones de futuro está condenada a la frustración"Entrevista a Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarin / Ñ. Foto: Federico Lopez Claro.

      Recibe las preguntas con atención y un relativo estado de sospecha. Como si cada interrogante, a lo largo de la entrevista en el espacio cultural Clarín / Ñ, la desafiara de algún modo. No por nada, Tamara Tenenbaum se formó en Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, donde ahora también se desempeña como docente. Las preguntas son un motor, un engranaje para activar el pensamiento y generar, no respuestas, sino más y más preguntas. Esa fue la mecánica del diálogo que la autora del ensayo Un millón de cuartos propios (Paidós) mantuvo con la crítica Alejandra Rodríguez Ballester esta tarde.

      El libro más reciente de Tenenbaum ganó la primera edición del Premio Paidós. La obra surgió a partir de un encargo para traducir el ensayo original de la británica Virginia Woolf, basado a su vez en una serie de conferencias que esta impartió en dos universidades femeninas de Cambridge (Reino Unido) en 1928.

      Tenenbaum observó que a diferencia de otros textos feministas de esa misma época, la autora de Las olas hablaba de problemas que persisten en la actualidad. La idea central que defendía era que, para escribir, todo lo que una mujer necesitaba era una habitación donde poder hacerlo y unos ingresos fijos.

      “Es un ensayo que, a diferencia de muchos otros textos feministas de esa misma época, ha sobrevivido muy bien, probablemente porque no tiene en el centro un tema que sí está en otros ensayos feministas de esa época, que es el derecho al sufragio y a la participación política”, puntualizó la autora.

      Posicionamientos contemporáneos

      El hecho de que el derecho a voto no esté en el centro del libro, continuó, permite que el texto de la inglesa “se sienta mucho más actual porque ella plantea otras cosas, por ejemplo, para qué sirve el voto si la gente no puede después hacer nada con su vida. Ese tipo de planteos y de posicionamientos son muy contemporáneos y creo que por eso es un ensayo que todavía hoy permite pensar cosas que están pasando, como por ejemplo, qué se necesita para que el trabajo creativo pueda florecer en una sociedad”, describió Tenenbaum.

      Entrevista a Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarin / Ñ. Foto: Federico Lopez Claro.Entrevista a Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarin / Ñ. Foto: Federico Lopez Claro.

      El tema del dinero y de las posibilidades que habilita, especialmente a las mujeres, aunque no solo, fue otro de los ejes tanto del libro como del diálogo de esta tarde en la Feria del Libro: ¿Es un tabú el dinero?

      “No creo que necesariamente sea tabú, creo que en cualquier caso hay ciertos lugares donde no se conversa tanto. La gente no dice cuánto gana en su vida diaria, pero la realidad es que sería raro decir que es tabú porque la sociedad está hablando de dinero todo el tiempo”, puntualizó la escritora.

      Con todo, la filósofa concedió que “quizás hay un tabú que tiene que ver con contar lo privado. Eso sí todavía puede ser que sea privado lo que hace cada uno con su economía. Pero vivimos en una época bastante rara en ese sentido, porque es un mundo muy centrado en torno al dinero, en el que además hay mucha ostentación. De manera que, por ahí no se puede contar cuánto ganás, pero definitivamente lo estás mostrando”.

      Es por eso que Tamara Tenenbaum regresó a la idea del cuarto propio: “Sigue siendo muy importante para la situación de las mujeres porque las diferencias salariales entre hombres y mujeres se han achicado mucho, pero la brecha más grande hoy tal vez es una brecha de tiempo y a eso se refiere Virginia Woolf cuando habla de ese espacio propio. Porque vos podés tener un cuarto propio pero, si no lo cerrás con llave, van a seguir pidiéndote que te ocupes de tareas domésticas y mil otras cosas”, ejemplificó.

      Rodríguez Ballester señaló que la filósofa y escritora vive “muy atenta a las señales del presente” y le preguntó por una pulsión contemporánea que busca ganar dinero, pero no trabajando. “Es algo que aparece sobre todo en el discurso público sobre el dinero. Se les dice a los chicos que el dinero se gana invirtiendo y no trabajando”, explicó Tenenbaum.

      La pensadora y dramaturga consideró que ese rasgo “es un cambio bastante radical respecto de otras épocas. Por supuesto que siempre existió el sueño de ser famoso y rico. Pero en otra época no te lo vendían como algo que podía hacer cualquiera. Esto se vuelve una promesa un poco cruel y es prácticamente una estafa”.

      Tenenbaum recuperó el concepto de optimismo cruel, de la pensadora Lauren Berlant, “una filósofa que murió hace pocos años aunque es una idea que también manejaba Sara Ahmed, profesora y escritora británica, entre muchos filósofos de lo que llamamos el giro emotivo, que se propone analizar las emociones de nuestra época”.

      La escritora definió a este tiempo como una época marcada por la idea del entusiasmo: “Venderte que todo es posible, que efectivamente si te propones algo y lo perseguís con entusiasmo, va a suceder. La parte cruel de eso es prometerte que es posible algo que no lo es. Eso genera que te frustres, que te sientas un fracasado y que pienses que hiciste algo mal, si no te hiciste rico o perdiste lo poco que tenías a la mano. Lo cruel es que te lleven a pensar que es un tema de habilidades y no de condiciones objetivas, como sí es”, enfatizó.

      En diálogo con esa situación, Tenenbaum recorrió las características del mundo laboral: “Hay mucho desempleo, hay una crisis claramente del trabajo no calificado y a la vez ese trabajo está más desregulado, con lo cual es cada vez más precario. En ese contexto, se entiende perfectamente que a nadie le interese trabajar y que estos optimismos crueles de hacer dinero sin trabajar, se vuelven la única esperanza”, explicó.

      Entrevista a Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarin / Ñ. Foto: Federico Lopez Claro.Entrevista a Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarin / Ñ. Foto: Federico Lopez Claro.

      Reacción al feminismo

      “¿Creés que el feminismo de alguna manera creó una reacción?”, le preguntó Rodríguez Ballester. “Seguramente –respondió Tenenbaum–. El feminismo produjo una reacción igual que todas las veces que el feminismo estuvo de moda. Eso es probable. Después, creo que esa reacción funciona distinto en cada contexto particular. En este , nos toca un tiempo de menos interacción social, de mucha precariedad económica y las características de esa reacción y la importancia que tiene esa reacción se vinculan con las marcas de este tiempo.

      Antes del final, la pensadora recuperó el concepto de Zygmunt Bauman de retrotupía: “La idea de que ya no hay utopías con las que alguien imagine un futuro muy diferente a lo que ya tenemos. Y eso es un poco problemático, porque una sociedad sin visiones de futuro está condenada a la frustración ya que al pasado no se puede volver”, apuntó.

      A eso, se suma otra verdad: “Por otro lado, en general esas recreaciones del pasado son históricamente falsas. Son históricamente falsas”, subrayó Tenenbaum. De manera que, como consecuencia, “no tener una visión de futuro hace difícil entusiasmar políticamente a nadie. O te entusiasmás con ese regreso imposible al pasado o nada”, ejemplificó.

      En ese sentido, la autora opinó que “los libertarios han encontrado una utopía propia y en ese sentido parte de sus victorias se basan en eso, en un discurso que habla del futuro y que tiene la capacidad, no de sumar, porque no es un futuro necesariamente muy inclusivo, pero a ciertos sujetos les ofrece un futuro con el que entusiasmarse. Y no hay muchas otras fuerzas políticas ofreciendo algo parecido a eso”.

      Entrevista a Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarin / Ñ. Foto: Federico Lopez Claro.Entrevista a Tamara Tenenbaum en el espacio cultural Clarin / Ñ. Foto: Federico Lopez Claro.

      ¿Qué pensás de la postura del gobierno concretamente con respecto a la cultura?, le preguntó Rodríguez Ballester para terminar.

      –El gobierno ha elegido a la cultura como enemiga más allá de la economía. Por un lado, la deja de financiar y, por el otro lado, la insulta. Es problemático y a la vez no es raro, es un tema global también. El vicepresidente de EE.UU. usó esta frase: "Los profesores son el enemigo". Es decir, la educación universitaria les parece el enemigo. Sí, es verdad, es lógico que lo piensen porque las universidades son el único lugar donde todavía surge un pensamiento alternativo. Nos puede llamar la atención pero no es tan llamativo. Es el único enemigo razonable que les ha quedado porque como la gente no confía en los políticos progresistas, el único progresismo en el que la gente todavía confía es en el de las universidades y los artistas.


      Sobre la firma

      Débora Campos
      Débora Campos

      Editora de la sección Cultura [email protected]

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