Fueron aliados políticos durante años, pero las tragedias de Once y Castelar los convirtieron en enemigos directos. El Gobierno nacional mostró videos de maquinistas conduciendo trenes mientras dormían, leían o mandaban mensajes de texto, tras lo cual anunció controles a los motorman. Desde el gremio La Fraternidad acusaron al ministro de Transporte Florencio Randazzo de buscar un “efecto mediático repugnante” y de no prevenir los accidentes, porque las cámaras no están conectadas con una central de monitoreo.
Randazzo ofreció una conferencia de prensa en la que sorprendió con los videos. Esas imágenes fueron tomadas con las cámaras que se instalaron en las cabinas de conductor después de la tragedia de Castelar. Fue parte de la misma estrategia que el Gobierno viene usando: introducir la sospecha de que los accidentes se produjeron por fallas humanas.
“Nosotros nos sentimos en la responsabilidad de dar a conocer a la ciudadanía esta información tan preocupante. A partir de esto, hemos decidido tomar una serie de medidas”, aseguró Randazzo, y luego enumeró los nuevos controles a los que someterán a los maquinistas: medición de capacidad visual; detección de drogas; tests de descanso, fatiga y ansiedad; más capacitación y otros.
El sindicato de los maquinistas salió a cruzar a Randazzo. Aunque descartó una medida de fuerza, y afirmó que los controles anunciados eran viejos pedidos del gremio, el secretario general Omar Maturano le aseguró a Clarín: “El ministro dijo que no daría los nombres de los conductores que trabajaron mal, pero mostró las caras, eso no se hace. Las cámaras dentro de la cabina son para criminalizar al conductor y que no se vea todo lo que falta en los trenes. Las cámaras tienen que estar para prevenir, pero no están conectadas a una central de control. Lo que hicieron los trabajadores es indefendible, pero no los llamaron por radio ni los relevaron. ¿Estamos esperando un accidente para echarle la culpa al conductor y no al Estado">