Del 7 al 13 de abril, Milán rebalsó de creatividad e innovación con el evento más influyente del mundo del diseño de mobiliario y decoración: La Semana del Diseño.
Con el lema “Though for Humans” (pensado para humanos) la 63° edición del Salone del Mobile decidió colocar a las personas en el centro.
Sus últimas consignas habían sido: “Where design evolves” (donde evoluciona el diseño) en 2024 y “Do you speak Design?” (¿Hablás Diseño?) en 2023.
Como de costumbre, el Salón resaltó con sus instalaciones artísticas. “Mother”, del director estadounidense de teatro y ópera Robert Wilson, propuso un diálogo con la Piedad, la escultura inacabada de Miguel Ángel.

Fue elegida para la muestra inaugural en el Museo della Pietà Rondanini - Castello Sforzesco. Consistió en una secuencia de 30 minutos de música, luces e imágenes, que el público pudo ver con reserva previa. Wilson eligió la música de Arvo Pärt para unirla con la luz, símbolo también de esta edición con Euroluce.
El arquitecto Pierre-Yves Rochon ofrendó su reinterpretación de un jardín de invierno inspirado en los majestuosos invernaderos del siglo XIX. “Villa Héritage” formó parte del nuevo itinerario expositivo “A Luxury Way” en los pabellones 13 y 15 y reflexionó sobre el diseño como lenguaje universal capaz de conectar tradición e innovación, pasado y futuro.
“La dolce attesa”, ubicada en los pabellones 22-24, fue la propuesta del director de cine Paolo Sorrentino. La obra que exploró la espera como un viaje emocional, contó con el apoyo de la escenógrafa Margherita Palli y el paisaje sonoro de Max Casacci. “Es lenta, pero fértil. Una incubadora. Necesita tiempo”, así describió Sorrentino esa dulce espera.

La bienal de la luz
Este año se presentó también Euroluce 2025, la bienal dedicada al mundo de la iluminación, con un pabellón enteramente consagrado a diseños específicos. Un destacado: la inauguración del Foro Internacional de Iluminación Euroluce que transcurrió el 10 y el 11 de abril. Reunió expertos internacionales en diseño lumínico, arquitectura y ciencias.
El foro se realizó en el Forest of Space Arena, un espacio diseñado por Sou Fujimoto que se inspira en la vitalidad orgánica de los bosques. Diseñado con vigas de pino dispuestas verticalmente, la intención fue crear un ambiente envolvente que refleje la integración de la naturaleza en la arquitectura.

Euroluce 2025 puso énfasis en temas como la sostenibilidad, la integración de la inteligencia artificial en el diseño lumínico y las soluciones de iluminación inteligentes. El diseño biofílico buscó conectar a las personas con la naturaleza a través de la iluminación. Además, desde la tecnología, se presentaron sistemas para que los s puedan controlar la luz en los ambientes.
Planeta joven
Con el lema “New Craftsmanship: A New World”, el SaloneSatellite reunió a 700 jóvenes diseñadores y 20 escuelas internacionales.
El SatteliteAward destacó, de entre más de 130 diseños de todo el mundo, a cuatro que integran técnicas tradicionales con herramientas contemporáneas, como el diseño generativo y la impresión 3D. El jurado, presidido por Paola Antonelli (senior curator del MoMA) reconoció obras que reinterpretan la artesanía como camino hacia un futuro más sustentable y culturalmente significativo.

El máximo galardón del SatelliteAward fue para Kazuki Nagasawa del estudio japonés Super Rat, con Utsuwa-Juhi Series. Es una colección de jarrones y contenedores fabricados con corteza natural y técnicas tradicionales de teñido. De formas orgánicas y con producción de bajo impacto ambiental.
El segundo lugar lo obtuvieron Fenna van der Klei y Patricio Nusselder, de la firma Luis Marie (Países Bajos) por Plissade, su biombo textil autoportante de fieltro y algodón hecho con ropa usada. Reimagina técnicas de plisado sin utilizar adhesivos ni materiales compuestos.
El tercer premio fue para el italiano Riccardo Toldo, que se inspiró en la leyenda japonesa del hilo rojo. Fil Rouge es una lámpara mural casi invisible que se activa mediante polos opuestos.
Por último, el diseñador venezolano Juan Cortizo recibió la mención especial del jurado y el Róng Design Award, que le otorga una residencia en China. Quibor Project es un altavoz con forma biomórfica que evoca tradiciones artesanales de Venezuela con su lenguaje visual propio y poderoso.
Hay mucho diseño afuera
Con 1066 eventos, el Fuorisalone se autopercibe desde su página oficial como “el evento más importante del año a nivel internacional para el mundo del diseño”.
“Está claro que el contexto de la calle le gana al salón, a mi entender. La calle, la arquitectura, la celebración en grandes palacios o viejas fabricas, edificios con historia que son bellos y el marco ideal para mostrar propuestas contemporáneas. Nada más espectacular que exponer alrededor del peso de la historia, con ese diálogo infinito entre lo clásico y lo nuevo”, asegura Paula de Elia, recién llegada de Milán.

“Como me pasa desde hace muchos años, el Fuori tiene algo que atrapa más. El sol, el aire, caminar la ciudad, tomarte el cafecito y seguir por las callejuelas de la zona que elijas para transitar”, describe José Luis Lorenzo, que regresó también hace unos días.
Cuatro argentinos en Milán
Lorenzo y De Elia, junto a José Luis Zacarías Otiñano y Julio Oropel, describen para ARQ lo mejor del Fuori.
“Como súper destacado, la creación de la colección Objetos Nómades de Cristián Mohaded para Louis Vuitton. Fueron más de 18 productos de una calidad y un diseño, pero con un mantenimiento de sus orígenes y sus valores. Un diseñador argentino que trabajó con recursos propios, con imágenes que traía él para una firma como Louis Vuitton”, dice Lorenzo.

Además, resalta Frozen, de Tokujin Yoshioka para Grand Seiko (“asientos de hielo que quemaban un poco”), la instalación de Christian Grande para Cranchy Yachts en Brera (“un cielo azul y una sala con un túnel azul profundo donde están todas las maquetas de los yates”).
También, la muestra Teapots de Loewe (“teteras diseñadas por 25 artistas, maravilloso”), Paola Lenti con un sillón de Francisco Gómez Paz (“donde muestra la estructura, maravillosa de nuevo”) y Library of Light en la Pinacoteca de Brera (“una biblioteca que se movía y vos formabas parte de eso”).

La instalación cinética de la Biblioteca, inspirada en Umberto Eco, fue nombrada por todos. De Elia completa: “Es espectacular con sus 18 metros de diámetro y en ese edificio icónico”. La arquitecta también distingue a Mohaded (“se luce y mucho con su sofisticación”), la muestra de Google, la de Gucci y la de Hermès en una antigua cancha deportiva (“se destaca siempre porque no exagera”).
Sobre Hermès agrega: “Con una escala genial en un espacio blanco incandescente donde los objetos parecen flotar como linternas en medio de volúmenes delimitados por halos de luz que arman recorridos y permiten descubrir de a poco esas piezas exquisitas”.

Además de varios ya mencionados anteriormente, Otiñano puso el ojo en Gucci, Yves Saint Laurent, Issey Miyaki, Cassina, Marimekko, Rosana Orlandi y Corso Como 10.
Los elegidos
“Un ícono de todos los años con colecciones creativas e innovadoras, como Arno Declercq Exhibition nos sumerge en el diseño belga más relevante y reciente, donde cada pieza es un ejemplo de la artesanía y del diálogo entre diseño y arte”, exalta Otiñano sobre Corso Como 10, y agrega que su espacio fue un centro creativo con vitrinas colectivas.

Destacó también Maison Margiela con Gentle Monster Pop Up, que “se inspira en la abstracción de la forma humana, el cibercore y su narrativa dialoga el clasismo y el futurismo envolviendo la colección”.
Oropel coincidió con algunos de los anteriores. También eligió Kia Design con Opposites United: Eclipse of Perceptions, en colaboración con los artistas Philippe Parreno y A.A. Murakami (Azusa Murakami y Alexander Groves).

Pero, enfatiza el proyecto Prison Times - Spatial Dynamics of Penal Environments. “Compuesto por un libro, una exposición y un ciclo de conferencias, Dropcity reafirma su vocación: un lugar dedicado no sólo a la cultura del proyecto, sino también al debate y al diálogo sobre cuestiones que no siempre están en el foco de la atención pública”, opina Oropel.

Distribuido en una superficie de más de 1.500 m2, el proyecto explora el tiempo y el espacio en las cárceles: a través de objetos y elementos de mobiliario diseñados y producidos para las prisiones. “Nos invita a cuestionar y reflexionar sobre cuánto y cómo la arquitectura y el diseño pueden afectar el entorno carcelario”, suma Oropel.
Se divide en cinco secciones o momentos (Entrada, Comer, Monitoreo, Limpieza y Dormir) que albergan una selección de objetos y dispositivos diseñados para entornos penitenciarios. “La exposición adopta el formato de showrooming y permite a los visitantes observar productos que de otro modo serían inaccesibles en la vida cotidiana. Los objetos se muestran clínica y taxonómicamente, combinando datos de diseño con datos de mercado”, continúa Oropel.
El gran escenario milanés, con cada vez más oferta, parece inabordable. Pero cada quien hizo su propia selección. “Se disfruta la fiesta de la ciudad: recorrer, descubrir, sentir, probar, desear, esperar en esas calles llenas de ideas y homenajes”, concluye De Elia.

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