Abordar el diseño de la infraestructura penitenciaria es encarar la búsqueda de una solución para un partido que posee muchos requisitos. Estos establecimientos implican una alta variedad de funciones programáticas además del alojamiento de los internos.
Hay que tener en cuenta el equipamiento social (educación, salud, tratamiento psicológico, culto, deporte y recreación), el equipamiento de servicios istrativos, de aprovisionamiento, alimentación, mantenimiento, recolección de residuos y los espacios libres verdes.
Claro que también se puede ir más allá. Para Estudio Serra, especializado en esta tipología, lo fundamental es revertir la sensación de encierro y opresión, tanto en espacios interiores como exteriores. Ese fue el punto de partida del diseño del Establecimiento Penitenciario Chalicán, en la provincia de Jujuy.

“Buscamos crear un ambiente digno que pueda de alguna manera acercarse a la sensación de la vida en libertad, requisito indispensable para una vida digna y para el éxito de los planes de rehabilitación. Entendemos que la infraestructura penitenciaria no debe agravar los sufrimientos inherentes a la situación de encierro”, dicen los arquitectos.
El estudio posee más de 40 trabajos en esta tipología realizados a lo largo de 20 años.Uno de sus titulares, Nicolás Serra, cuenta que además asesoran a gobiernos de otros países y también a las autoridades de varias provincias argentinas. No solo en cuestiones de infraestructura, sino también en implantación, presupuesto y programas funcionales y técnicos.

Los socios del estudio consideran que, junto con la pérdida de la libertad, la persona que vive en una cárcel -ya sea por un corto o largo período- debe incorporarse a un sistema disciplinario riguroso, dentro de una subcultura desconocida, con compañeros no elegidos, en grupos heterogéneos, y en lugares y espacios generalmente no adecuados para habitar dignamente.
“Por eso diseñamos espacios que contribuyan al bienestar de estas personas y no se conviertan, por el contrario, en una razón adicional para que les impida recibir un tratamiento que redunde en un cambio positivo en sus conductas y por lo tanto en sus vidas”, agregan.

El proyecto se desarrolló teniendo en cuenta los más modernos criterios de arquitectura penitenciaria, asumiendo, como premisa primordial, lo indicado en una de las Reglas Mínimas para el tratamiento de los reclusos, la número 54.
Allí se especifica que “la prisión y las demás medidas cuyo efecto es separar a un delincuente del mundo exterior son aflictivas por el hecho mismo de que despojan al individuo de su derecho a disponer de su persona al privarle de su libertad.
Por lo tanto, a reserva de las medidas de separación justificadas o del mantenimiento de la disciplina, el sistema penitenciario no debe agravar los sufrimientos inherentes a tal situación”.
Principios del diseño ambiental
En el proyecto arquitectónico del Establecimiento Penitenciario Chalicán se han incorporado técnicas de diseño basadas en la prevención del delito mediante el diseño ambiental (TED), que comprenden la aplicación de ciertos principios.
En primer lugar, el control de y las circulaciones deben ser visibles desde los puestos de control o del personal a cargo del área.

Luego, se promueve la vigilancia casual sobre todos los lugares que transiten o donde permanezcan los internos, con agentes que no están asignados específicamente a la seguridad, maximizando así la capacidad del personal para control. Por último, el llamado reforzamiento territorial, que asigna usos específicos a sectores destinados a los internos.
El sistema descripto se enlaza y superpone sin interferencias al sistema de visuales y controles de seguridad cuyos puestos se suceden en forma continua desde el ingreso hasta el corazón del establecimiento, los sectores funcionales de alojamiento (o áreas residenciales).

El proyecto prioriza de este modo la vigilancia continua por sobre las barreras físicas, adhiriendo a los modernos modelos de gestión penitenciaria en los que prevalece el concepto preventivo.
Las características de diseño y la composición arquitectónica propuestas en Chalicán permiten generar espacios que promuevan una disminución de las tensiones potenciadas por el encierro, a partir de la creación de amplios espacios abiertos. No sólo se reducen las posibilidades de conflicto, sino que en caso de que surja alguno, puede ser advertido y controlado en sus estadios iniciales.
El concepto de “seguro por diseño” implica que la seguridad está provista por el propio edificio y sus masas arquitectónicas. En los recorridos que puede efectuar los internos, tanto dentro del edificio residencial como desde ese sector hacia los distintos programas y servicios, no hay barreras físicas.

Esto proporciona cierta sensación de libertad, favorece la autoestima y disminuye los niveles de estrés. Asimismo, más allá de las medidas preventivas que se puedan adoptar, la unidad cuenta con algunas características arquitectónicas que permiten reducir los síntomas típicos de las presiones en estos institutos.
Confort ambiental
Una de las grandes cualidades de este proyecto está vinculada con la habitabilidad, prioridad en el diseño. El edificio cuenta con iluminación solar, ventilación natural, confort ambiental y los servicios básicos de salubridad (inodoros, mingitorios, lavabos y duchas), derechos inalienables de todas las personas.
Así, los aventanamientos en los sectores de alojamiento y en los de las áreas comunes, sin rejas, poseen las dimensiones requeridas para una adecuada iluminación y ventilación naturales.
También se han incorporado texturas y colores en ciertos muros. Las rejas fueron reemplazadas por muros cribados, cuya arquitectura es mucho más amable sin resignar por eso la seguridad.
En suma, gestos y elementos arquitectónicos que no son los típicos carcelarios, o por lo menos no son los típicos carcelarios en nuestro país. De este modo, concluyen los proyectistas, “se logra un avance significativo en la humanización de estos espacios, un derecho de los internos”.
Tres generaciones de arquitectos
Serra Arquitectos es la continuidad del estudio Serra-Valera, fundado en 1975 por Fernando Serra y Jorge Valera. En 1990 se integran a la firma los arquitectos Gonzalo Serra, Nicolás Serra e Ignacio Valera, quienes ingresan como socios en 1995. Un década después, en 2005, la oficina pasa a llamarse Serra Arquitectos, con Fernando Serra, Gonzalo Serra y Nicolás Serra como titulares.
Hace unos años se incorporaron dos sobrinos, Mateo Serra y Tomás Marino, tercera generación familiar que forma parte del estudio y que se suma a un importante equipo de profesionales que se desempeñan tanto en la sede de Buenos Aires como en las distintas provincias donde prestan sus servicios.

La actividad de Serra Arquitectos comprende proyecto y dirección de obra, y planeamiento urbano. Han realizado edificios istrativos, recreativos, de salud, aeropuertos, hoteles, viviendas colectivas e individuales.
En cuanto a la tipología penitenciaria, participaron en más de 40 proyectos, y realizarán una muestra sobre su trabajo en el Marq, el museo de arquitectura de la SCA, a partir del 18 de agosto. Actualmente el estudio tiene contratos en siete provincias, con proyectos y direcciones de obra por más de 1 millón de metros cuadrados.
Ficha técnica
Proyecto y supervisión de obras. Serra Arquitectos Construcción. Jumi SRL Comitente. Gobierno de la Provincia de Jujuy Superficie. 11.700 m2 Capacidad. 528 plazas funcionales
Sobre la firma

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Lomas de Zamora, medalla de honor. Becaria del programa English for Jornalists de la Embajada de Estados Unidos. Diplomada en Big Data y Márketing Digital por la UADE. Cursando Licenciatura en Edición en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. [email protected]
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