window.addEventListener('keydown', function(e) { if(e.key === 'Escape'){ e.preventDefault() } });
Noticias hoy
    En vivo

      La transformación del cáncer: los avances de la ciencia y el desafío de volverlo enfermedad crónica

      • En los últimos años y a partir del mayor conocimiento de la genética de la enfermedad, cambió su abordaje.
      • Cuáles son los cánceres más agresivos y qué medidas de prevención se pueden tomar.

      La transformación del cáncer: los avances de la ciencia y el desafío de volverlo enfermedad crónica El cáncer no es una enfermedad única: engloba 200 patologías diversas. Foto ilustración Shutterstock

      El cáncer es una patología compleja que todavía plantea un reto milenario. Engloba a más de 200 patologías diversas que no guardan relación entre sí: cada una tiene sus propias características moleculares y genéticas. El denominador común entre ellas es el aspecto "monstruoso" que toman las células afectadas, las cuales pueden mutar con el tiempo, desarrollar resistencia a tratamientos y evadir el sistema inmunitario.

      El cáncer, asociado al cangrejo por la forma de sus proyecciones digitiformes que recuerdan a las patas y pinzas del animal, se origina por mutaciones (hereditarias, espontáneas o inducidas por factores ambientales) en el ADN que provocan un crecimiento celular descontrolado. ¿Cómo cambió la forma de tratarlo? ¿Cuáles son los hitos en los últimos 80 años y qué se espera para el futuro?

      Mario Bruno es especialista en oncología y director de publicaciones de la Sociedad Argentina de Cancerología. En diálogo con Clarín, señala que el de mama, cuello uterino y colon son los más comunes en la mujer. ¿Y en el hombre? El de pulmón, próstata y colon. "La agresividad del tumor depende de hasta dónde se haya extendido la enfermedad al momento del diagnóstico. Si es detectado en su etapa inicial, tiene una posibilidad de curarse del 95%, pero se reduce drásticamente si se extiende a diversos órganos. Esto no significa que no haya tratamientos que puedan cronificar la enfermedad”, detalla.

      Para Julia Ismael, oncóloga clínica y ex directora del Instituto Nacional de Cáncer, los más agresivos son el de páncreas, el glioblastoma (cerebral), el hepatocarcinoma, y el de pulmón de células pequeñas debido al rápido crecimiento, la difícil detección precoz y la alta tasa de metástasis que presentan.

      Según datos de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), en 2022 hubo más de 20 millones de nuevos casos en el mundo y 10 millones de muertes por cáncer. En Argentina, se diagnostican más de 130.000 nuevos casos cada año. ¿Por qué aumenta la incidencia? Por la mayor esperanza de vida (el riesgo de cáncer se incrementa con la edad), los mejores sistemas de detección y los cambios en los estilos de vida y costumbres (urbanización y mayor exposición a agentes cancerígenos como el tabaco), coinciden las fuentes consultadas.

      La transformación del cáncer

      A fines del siglo XIX se comenzaron a registrar clínicamente casos en hospitales de Buenos Aires, en paralelo con la consolidación de la medicina moderna en el país. Más tarde, en 1965, se instauraron los registros gracias a la sanción de la Ley 15.465 que determinó la notificación médica obligatoria del cáncer.

      Micrografía con luz coloreada de un linfoma. Foto Archivo  Micrografía con luz coloreada de un linfoma. Foto Archivo

      El abordaje de esta enfermedad evolucionó con la comprensión de cómo funciona el cuerpo humano. “El tratamiento pasó de ser de un único tipo a ser integral, multidisciplinario y personalizado. Se incorporaron terapias combinadas, equipos multidisciplinarios, medicina basada en evidencia y tecnología de punta. Ahora, la atención está más centrada en la persona y en su calidad de vida, no solo en el tumor”, describe Ismael, que también es CEO del centro especializado en Gastroenterología Diagnóstica y Terapéutica (GEDYT).

      Bruno señala que las intervenciones quirúrgicas ofrecen mejores técnicas y que son cada vez más reducidas porque se limitan a extirpar el tumor. "Ofrecen una rápida recuperación gracias a las cirugías laparoscópicas (un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza a través de pequeñas incisiones en el abdomen) y robóticas", expresa.

      Por su parte, Liliana Zamora, jefa de Oncología Ginecológica del Hospital Italiano, interpreta que “no existe una sola disciplina para tratar un tumor”. Insiste en que el profesional debe tener una formación constante y diaria sobre la clínica, la biología molecular y la genética.

      ¿Qué hallazgos en torno a la genética revolucionaron la perspectiva diagnóstica y terapéutica? La identificación de mutaciones específicas (BRCA, EGFR, ALK), el desarrollo de tests genéticos y es de secuenciación (para tratar de obtener medicamentos que bloqueen al gen alterado), la aplicación de la medicina de precisión, la selección de tratamientos y una mejora en la supervivencia y calidad de vida. Así coinciden los expertos.

      “El cáncer de mama se puede diagnosticar precozmente a través de la mamografía. En cambio, la prevención implica evitar la causa que desencadena la enfermedad. Por ejemplo, el cáncer de pulmón se puede prevenir eludiendo el tabaquismo. Y el de cuello uterino, que se produce por contagio en la relación sexual del virus HPV, usando profiláctico”, razona Bruno.

      Ismael agrega que el colorrectal se puede prevenir con la práctica de una colonoscopía desde los 50 años y el de hígado con vacuna contra hepatitis B. "Las vacunas solo funcionan en ciertos tipos de cáncer relacionados con infecciones virales, como el HPV o hepatitis", marca.

      Los principales avances desde el siglo XXI

      Los grandes avances hacia el profundo conocimiento de la enfermedad abrieron el camino de la medicina personalizada que permite maximizar los beneficios de cada tratamiento con la menor toxicidad posible.

      La radioterapia (el uso de rayos de alta energía para destruir células tumorales como residuos celulares), "puede complementar al tratamiento primario de la cirugía, emplearse como tratamiento reductor previo a las mismas o como parte de tratamientos paliativos”, desarrolla Ismael. Y Bruno suma que hoy permite ofrecer mayor cantidad de dosis con menores efectos colaterales.

      Los tratamientos para el cáncer evolucionaron con los años. Foto ShutterstockLos tratamientos para el cáncer evolucionaron con los años. Foto Shutterstock

      La quimioterapia, otro de los tratamientos más extendidos con fármacos que atacan a las células de rápido crecimiento, “fue posible porque se empezó a estudiar los efectos del gas mostaza, un producto que se usaba como agente químico militar en la guerra, en las personas”, señala Zamora.

      En 1970, surgió una nueva etapa en el tratamiento del cáncer: empezó a estudiarse como una enfermedad genética. Otro hito que marcó un antes y un después sucedió en 1984, cuando se descifró por primera vez la secuenciación de los oncogenes (versiones alteradas de genes normales).

      La secuenciación del genoma humano (2003), la medicina de precisión, la inmunoterapia (fármacos que activan el sistema inmunológico para reconocer y atacar tumores), las terapias dirigidas (que bloquean proteínas o genes específicos de la célula cancerosa), la biopsia líquida y el diagnóstico molecular fueron delineando el escenario con el que nos encontramos hoy, con múltiples opciones terapéuticas que permiten un abordaje más eficaz.

      Los tratamientos de vanguardia

      En los últimos cinco años, la ciencia avanzó con más de 70 tratamientos oncológicos que están basados en medicina personalizada y de mayor precisión.

      ¿Cuáles se destacan? “Los inhibidores de puntos de control inmunológico, las terapias CAR-T (para leucemias y linfomas resistentes), los anticuerpos conjugados (que combinan anticuerpo y quimioterapia), los inhibidores PARP (en cáncer de ovario y mama con mutaciones BRCA), los inhibidores de KRAS y BRAF (para tumores de pulmón o colon con esas mutaciones”, enumera Ismael.

      ¿Qué papel jugará la inteligencia artificial (IA) en esta carrera? Para Ismael es una herramienta más que debe ser usada con responsabilidad. “Su incorporación facilita la práctica médica y permite hacer consultas 'multidisciplinarias' para casos complejos cuyos resultados deben ser interpretados por un profesional especialista en la materia”, evalúa la experta.

      “En oncología, la IA aplicada a la lectura radiológica permite detectar imágenes invisibles para el ojo humano y generar biomarcadores radiológicos para analizar alteraciones con mayor precisión. Incluso, hay un medicamento creado a través de IA que está en la última fase de investigación clínica”, explica Bruno, y destaca el valor de un beneficio colateral, pero no menos importante: la criopreservación de óvulos y espermatozoides de jóvenes que deben ser sometidos a un tratamiento de quimioterapia.

      “El desafío es convertir al cáncer en una patología crónica controlable y, en varios casos, prevenible o curable”, concluye Ismael.

      AS


      Sobre la firma

      Penélope Canonico
      Penélope Canonico

      Redactora de la sección Sociedad [email protected]

      Bio completa

      Tags relacionados