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      Especial Clarín 80 años. Los avances y desafíos que trae la nueva longevidad: “Es una nueva etapa en la historia de la humanidad”

      • Para el experto en adultos mayores Diego Bernardini, el nuevo desafío no es vivir más sino hacerlo mejor.
      • Y afirma que la longevidad, muchas veces vista como un problema, en realidad significa una oportunidad.

      Especial Clarín 80 años. Los avances y desafíos que trae la nueva longevidad: "Es una nueva etapa en la historia de la humanidad"Diego Bernardini, médico especialista en adultos mayores.

      Reconfiguración, bienestar, oportunidad, desafío... nueva longevidad. En 80 años la perspectiva del mundo cambió, y la vida en la tercera edad no fue una excepción. Con un abanico de posibilidades, los adultos mayores de hoy tienen una mayor expectativa de vida, pero saben que para vivirla con entusiasmo precisan de un equilibrio personal y social al que cada vez le dan más prioridad. Así lo describe Diego Bernardini, médico graduado en la UBA y especialista en adultos mayores.

      -¿De qué tenemos que hablar cuando nos referimos a nueva longevidad?

      -De una nueva etapa en la historia de la humanidad. Va a ser, en promedio, la etapa más larga que nos toque vivir a todos. La nueva longevidad no es vivir más, sino hacerlo mejor, en plenitud, y sobre todo integrados. Esto hay que mirarlo desde dos perspectivas: una es la personal, y otra es la social y comunitaria. Hay cinco dimensiones en términos de lo que significa la segunda mitad de la vida.

      -¿Cuáles son?

      -La primera, hay más personas mayores. Hoy en Argentina estamos hablando de que están en aproximadamente en 16%, según el último Censo. Hay mayor proporción en Capital, Provincia de Buenos Aires, y dentro de ella Mar del Plata. Un tema importante es que a medida que aumentamos en edad, la proporción de mujeres es cada vez mayor. En Argentina, por cada 100 varones de 85 años y más, tenés 228 mujeres. Segundo, hay mayor independencia, que va claramente de la mano de la salud. Tercero, hay nuevos roles y esto tiene que ver con que cada día hay más evidencia de que las personas mayores condicionan el gobierno a través del voto. Por ejemplo, en Argentina las personas mayores de 70 que están exentas al voto son de los grupos que en mayor proporción van a votar. Cuarto, las nuevas intensidades, un fenómeno que se está dando a nivel global: se ve en el aumento de los divorcios después de los 60 años, hay personas que después de los 50 deciden emprender. Quinto, la diversidad. Acá parece que después de los 60 años todos van a la misma bolsa. Y las personas de 60 son diferentes a los de 70, los de 70 a los de 80, los de 80 a los de 90.

      -Se puede decir que los 60 de ahora se alejan de los 60 del siglo pasado. Exige un replanteamiento.

      -Sí, los 60 de ahora no son lo de antes, son los nuevos 60. La edad cronológica solamente nos marca el tiempo que llevamos vivos. No tiene que ver con tus ideas, con tus sueños, con tus proyectos, con tu deseo, con tu sexualidad. Segundo, esa edad cronológica está siendo un indicador cada vez más flexible, más permeable. Lo que pasa es que no estamos escuchando a las personas mayores, todavía las dejamos de lado. O sea, a partir de los 60 te convertís en un jubilado o en un abuelo, aunque sigas trabajando o aunque no tengas nietos. Hoy estamos viviendo cada vez más y tenemos la posibilidad de convertir nuestra sociedad, o por lo menos de tomar un recurso que es la intergeneracionalidad, la diversidad etaria. Sabemos que a nivel corporativo se está viendo como un valor agregado en los equipos: son más creativos, tienen más cohesión, trabajan mejor.

      -Es decir, que hay empresas que están buscando la manera de incluir a adultos mayores.

      -Cada vez me llaman más, porque necesitan adaptarse a esto. Hay empresas como Coca-Cola, The Home Depot y KFC que fueron creadas por personas mayores de 50 años en ese momento. Un colaborador mayor tiene experiencia y conocimiento acumulado, suele mostrar mayor compromiso y lealtad con la empresa, tiene habilidades interpersonales más desarrolladas y generalmente tiene un liderazgo más importante. Está comprobado que tarda en adaptarse a las nuevas tecnologías, pero cuando lo entrenan las adopta perfectamente. Estamos en un proceso de transición demográfica muy acelerado y hay que entender que la longevidad es una oportunidad.

      Diego Bernardini dice que a la gente ya no la pueden seguir jubilando a los 60, como hace cien años. Foto: Ariel GrinbergDiego Bernardini dice que a la gente ya no la pueden seguir jubilando a los 60, como hace cien años. Foto: Ariel Grinberg

      -Y como en toda oportunidad, hay riesgos y desafíos.

      -Por supuesto. La necesidad de cuidado -por lo que significa el deterioro cognitivo- y la soledad no deseada son los dos grandes desafíos de la nueva longevidad. Después tenés otras cuestiones como la empleabilidad y ese tipo de cosas. Pero necesitamos hacer cambios rápidos porque esto no es hablar del futuro, es hablar de lo que está pasando. Las empresas ya lo están entendiendo, pero necesitamos que la longevidad sea vista como un valor estratégico para la sociedad, eso es parte del presente y va a ser muy determinante en el futuro.

      -¿Qué conductas pueden colaborar a mejorar ese futuro?

      -Me gusta el bien-estar, separado. Desde la salud, te tenés que mover más, mantener un peso adecuado y una dieta balanceada. Tenés que tener amigos, vínculos afectivos. También de la espiritualidad, que no solo significa ir a la iglesia, sino pensar en la trascendencia, en el legado, que también está comprobado que ayuda a vivir mejor. Y lo otro es el famoso “Ikigai”, el sentido de vida. Esas conductas son la receta para tener bienestar y con suerte vivir más. ¿Dónde está fallando la sociedad en que, por lo menos a las personas mayores, no les está dando la oportunidad de hacer esas cosas? Ahí está la deuda comunitaria, la deuda social.

      -¿Qué cosas habría que repensar desde el sistema público?

      -Hay que empezar a modificar varias y la primera es la jubilación. No te pueden seguir jubilando a los 60 años como hace 100 años atrás. El trabajo de ahora es más cognitivo, no necesitás ser joven y fuerte para trabajar. Se le tiene que garantizar la jubilación a esa persona que todavía sigue haciendo un trabajo físico. Hay que pensar en un esquema de retiro que sea flexible, que dé oportunidades a las personas mayores para que hagan trabajo voluntario, porque el trabajo tiene que ser reemplazado por estar ocupado. Porque una persona ocupada es productiva. Por otro lado, es cierto que cada vez la jubilación pierde más poder adquisitivo. Si no modificamos esto, si no entendemos esta cosa de solidaridad, vamos a tener problemas.

      -¿Es una dificultad hablar de estos temas con los jóvenes, por ejemplo?

      -Ya hay muchos países que buscan hacer pedagogía de la longevidad. Necesitamos entender cómo vincularnos y cómo se está transformando la familia, pensar en nuestras ciudades. En Argentina, 9 de cada 10 habitantes vivimos en ciudades, pequeñas, medianas o grandes. El mundo se está convirtiendo en un lugar urbano y necesitamos enseñarles a las distintas generaciones lo que significa tener una vida larga. Hoy Bogotá es la primera ciudad de la región que adoptó una política pública basada en la nueva longevidad.

      -¿Qué tasas demográficas reconfiguran la longevidad que vemos hoy?

      -Primero, alargar la esperanza de vida, que ahora está en aproximadamente 80 años para las mujeres y en un poco menos de 75 para los hombres. Segundo, la tasa de fertilidad está en 1.5 en Argentina y se espera que siga disminuyendo, inclusive hasta 1.2 o 1.1 en las próximas décadas. Argentina tiene 48 millones de habitantes, vamos a llegar a cerca de 55 para el 2060. Pero la mayor parte de ellos serán adultos y personas mayores. Cerca de 19.000 personas tienen 100 años o más, y sabemos que están en Recoleta o en Palermo. Esto te está diciendo que para vivir mucho tiempo en Argentina tenés que tener dinero. En el censo de 2010, había 6.000 centenarios. Y se pensó que para el siguiente iba a haber 12.000, pero en realidad hay 19.000. No es lo que va a venir, es lo que pasa ahora. A nivel regional, Argentina no está transicionando tan rápido como Chile o Colombia, pero diría que estamos en una etapa avanzada de la transición.

      La edad de la población es cada vez más avanzada, en consonancia con la baja de la natalidad. Foto: Shutterstock,La edad de la población es cada vez más avanzada, en consonancia con la baja de la natalidad. Foto: Shutterstock,

      -Hablabas antes del caso de Bogotá, ¿incluir este tema en políticas públicas a largo plazo, entonces, haría que avance mucho más rápido esa transición?

      -Claramente. En Argentina la urgencia oculta la planificación de largo plazo, siempre estamos apagando incendios, y te impide pensar incluso en un mediano plazo.Para modificar escenarios de toma de decisión necesitás el convencimiento político. Después entrenás a los medios, a las empresas, a las organizaciones de la sociedad civil. El tema se instala en la sociedad. Y eso hace que el cambio no solo sea más rápido, sino que sea más efectivo.

      Itinerario

      Diego Bernardini tiene 58 años, es médico graduado en la UBA y tiene una Licenciatura en Kinesiología. Es Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca (España) y profesor titular de Salud del adulto mayor, en la Escuela Superior de Medicina de la Universidad Nacional de Mar del Plata y en la Fundación Barceló. Fue orador TEDx en Argentina y México. Es autor de “La segunda mitad. Los 50+, vivir la nueva longevidad”, lidera la comunidad de aprendizaje “La segunda mitad”, una comunidad de capacitación y servicios para el segmento 50+ y dirige el Diplomado Internacional en Nueva Longevidad.

      PS


      Sobre la firma

      Malena Nazareth Martos
      Malena Nazareth Martos

      Redactora de la sección Sociedad [email protected]

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